¿Puedo yo abogar por creyentes de tres meses de convertidos y darles algún cargo de liderazgo en la iglesia (como lo hizo Pablo)? Sí, pero sólo si estos creyentes tienen los requisitos bíblicos para ancianos o líderes, y sólo si a ellos se les da el cuidado de iglesias que sigan el modelo bíblico. Esto es, estas iglesias deben ser, ante todo, grupos con poco tiempo de fundados, sujetos a un ministro con fundamento maduro, como un apóstol, que podrá supervisarles. De esta forma, estos nuevos ancianos no estarán del todo solos.
Segundo, las congregaciones deben de ser pequeñas para que se puedan reunir en casas, como la iglesia primitiva. [2] Esto hace que la iglesia sea más manejable. Probablemente por esto es que uno de los requisitos para los ancianos u obispos es que manejen exitosamente sus propias casas (ver 1 Timoteo 3:4-5). El manejar una “casa de fe” no es más desafiante que manejar una familia.
Tercero, la congregación debe consistir de gente que ha respondido a un arrepentimiento acorde con el evangelio bíblico, y que por lo tanto son genuinos discípulos del Señor Jesucristo. Esto elimina los desafíos que surgen de tratar de pastorear ovejas que en realidad son cabritos.
Y cuarto, los pastores, ancianos o superintendentes deben cumplir más con su papel bíblico que con su papel cultural. Esto quiere decir que no deben aferrarse a una posición de total importancia y ser el centro de todo, como sucede en las iglesias modernas.[3] Al contrario, sólo deben ser partes pequeñas de todo el cuerpo, servidores humildes que enseñan con su ejemplo y preceptos, cuya meta es hacer discípulos, no sólo predicando los domingos en la mañana, sino siguiendo los métodos de Jesús.
Cuando se sigue este modelo, entonces algunos creyentes de tres meses de convertidos podrán ser líderes en las iglesias.
[1] En la primera carta de Pablo a Timoteo, y en su primera carta a Tito, él menciona que los deja a un lado para nombrar a ancianos- superintendentes en las iglesias. Así que Timoteo y Tito proveerían cuidado a estos ancianos-superintendentes por algún tiempo. Ellos probablemente se reunirían con los ancianos-superintendentes periódicamente para su discipulado, como Pablo escribió, “Lo que has oído de mí, ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Timoteo 2:2).
[2] ver Hechos 2:2, 46; 5:42; 8:3; 12:12; 16:40; 20:20; Romanos 16:5; 1 Corintios 16:19; Colosenses 4:15; Filemón 1:2; 2 Juan 1:10
[3] Es notable que las cartas de Pablo a las iglesias, eran dirigidas a todos en las diferentes iglesias, y no sólo a los ancianos o superintendentes. En sólo dos de sus cartas, Pablo menciona a los ancianos-pastores-superintendentes. En una ocasión ellos son incluidos en la salutación, diciéndoles que él no quería que pensaran que ellos eran destinatarios excluidos (ver Filipenses 1:1). En otra ocasión, Pablo menciona los pastores en la lista de los que perfeccionaban a los santos (ver Efesios 4:11-12). Es también bastante notable como Pablo no menciona el rol de los ancianos cuando da ciertas instrucciones que nosotros pensaríamos que son para ancianos, como el administrar la cena del Señor, y la resolución de conflictos entre cristianos. Todo esto es para decir que los ancianos-pastores no son el centro, ni el rol más importante, como sí lo son en la mayoría de las iglesias modernas.