Mirando a lo largo de los últimos 2,000 años, nos damos cuenta que Jesús no regresó tan pronto como los apóstoles habían esperado. Aun en sus días, había algunos que dudaban acerca de que Jesús nunca regresaría, debido a que le vieron partir. Por ejemplo, en los días de Pedro (ver 2 Pedro 1:13-14), Jesús todavía no había vuelto, y Pedro se dirigió a aquellos que dudaban de su venida en su carta final:
“Sabed ante todo que en los últimos días vendrán burladores, andando según sus propias pasiones y diciendo: “¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación”. Estos ignoran voluntariamente que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua. Pero los cielos y la tierra que existen ahora están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. Pero, amados, no ignoréis que, para el Señor, un día es como mil años y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche. Entonces los cielos pasarán con gran estruendo, los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2 Pedro 3:3-10).
Pedro afirmó que el retraso de Jesús se debía a su amor y gracia para que la gente tenga más tiempo de arrepentirse. Pero también dijo que no había ninguna duda acerca del retorno de Jesús. Cuando vuelva, vendrá con gran ira.
La Escritura es muy clara, como veremos, esta ira de Jesús a su regreso será precedida por tribulaciones mundiales y la ira de Dios sobre los incrédulos. Muchos de estos eventos del tiempo futuro se encuentran en el libro de Apocalipsis. Como lo veremos más adelante en nuestro estudio, la Escritura indica que habrá siete años de tribulación. No hay duda de que el rapto de la iglesia tomará lugar en algún punto cerca o dentro de esos años de tribulación.