Note que aun la analogía de Jesús acerca del “ladrón en la noche” se contiene dentro del contexto de las señales que reveló para que sus discípulos estuvieran alertas a su regreso. Así que la analogía del “ladrón en la noche” no puede ser usada correctamente para probar que alguien tiene una idea sobre cuándo ocurrirá el regreso de Jesús.
Ambos, Pablo y Juan usaron la analogía “ladrón en la noche” cuando estaban escribiendo acerca del día del Señor (ver 1 Tesalonicenses 5:2-4; 2 Pedro 3:10). Ellos creyeron que esta analogía aplicaba a la ira que Jesús expresaría en su regreso hacia el final o cerca del final de los siete años de tribulación. Sin embargo, Pablo le dijo a sus lectores, “pero vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón” (1 Tesalonicenses 5:4). Él interpretó correctamente la analogía de Jesús, sabiendo que aquellos que estuvieran alertas a las señales y fueran obedientes al seguir a Jesús, no estarían en tinieblas, así que la venida del Señor no los tomaría por sorpresa. Para ellos, Jesús no vendría como ladrón en la noche. Sólo aquellos que viven en tinieblas serán sorprendidos, lo cual fue exactamente lo que Jesús enseñó. (Ver también, como Jesús usa la frase “ladrón en la noche” en Apocalipsis 3:3 y en 16:15, donde se usa como referencia de su venida en la batalla de Armagedón).
A partir de este punto en el discurso de los olivos, Jesús repetidamente amonestó a sus discípulos a estar listos para su regreso. Al mismo tiempo, también les dijo cómo podían estar listos, recitándoles las parábolas del siervo infiel, las diez vírgenes, y los talentos, y después profetizó acerca del juicio de las ovejas y los cabritos (todos valiosos de leer). En casi todos los casos, El les advirtió que el infierno espera por aquellos que no estén listos en su venida (ver Mateo 24:50-51; 25:30, 41-46.) La forma de estar listos es que Él nos encuentre haciendo su voluntad cuando regrese.[1]
[1] Claramente, para que Jesús advirtiera a sus discípulos más cercanos acerca de no estar listos para su regreso, es porque existía la posibilidad de que no estuvieran listos. Si les advirtió acerca de una pena de eterno castigo por no estar listos por causa del pecado, entonces existía la posibilidad de que ellos perdieran la salvación por causa del pecado. Esto nos debe enseñar a nosotros acerca de la importancia de la santidad, y sobre la ignorancia de aquellos que dicen que es imposible para los creyentes perder su salvación.