La Guerra que Nunca Fue

(The War That Never Was)

Tan extraño como pueda sonar, necesitamos entender que Dios y Satanás no están, nunca han estado, y nunca estarán en una batalla. Sí, ellos tienen agendas diferentes, y se puede decir que están en oposición. Pero cuando hay dos partes en oposición, y una es inmensamente más poderosa que la otra, sus conflictos no se consideran batallas. ¿Puede un gusano pelear con un elefante? Como gusano, Satanás hizo un débil intento para oponerse a Uno que es inmensamente más poderoso. Su oposición fue rápidamente vencida, y fue expulsado del cielo “como un rayo”. No hubo ninguna batalla, sólo una expulsión.

Si Dios es todopoderoso, entonces Satanás no tiene ninguna oportunidad de impedir que Dios haga lo que Él desea hacer. Y si Dios le permite a Satanás hacer alguna cosa, es solamente para llevar a cabo su divina voluntad. Esta verdad será más clara al continuar examinando las escrituras acerca de este tema.

Curiosamente, la suprema autoridad de Dios sobre Satanás no sólo se demostró en el pasado, sino que también se demostrará en el futuro. Leemos en Apocalipsis que un solo ángel derrotará a Satanás y lo encarcelará por mil años (ver Apocalipsis 20:1-3). Este futuro incidente no se debe considerar una batalla entre Dios y Satanás, así como cuando originalmente Satanás fue expulsado del cielo tampoco se considera una batalla.

Note también que Satanás no tendrá poder para salir de su prisión, y sólo saldrá cuando sirva al propósito de Dios (ver Apocalipsis 20:7-9).