¿No fue Satanás vencido por Jesús en la Cruz?

(Was Not Satan Defeated by Jesus on the Cross?)

Finalmente, refiriéndonos al primer mito acerca de las batallas entre Dios y Satanás, me gustaría concluir considerando esta popular creencia: Jesús venció a Satanás en la Cruz. La Escritura nunca dice que Jesús venció a Satanás en la cruz.

Cuando decimos que Jesús venció a Satanás, pareciera que decimos que Jesús y Satanás estaban en una batalla, lo que implicaría que Dios no es todopoderoso y que Satanás no estaba bajo la completa autoridad de Dios. Existen formas más bíblicas para describir lo que pasó con Satanás cuando Jesús dio su vida en la cruz. Por ejemplo, la Escritura nos dice que a través de su muerte, Jesús destruyó al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo (ver Hebreos 2:14-15).

¿Hasta qué grado disminuyó Jesús el poder de Satanás? Obviamente, Satanás no está completamente sin poder ahora, si no el apóstol Juan nunca hubiera escrito, “el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5:19, énfasis agregado). De acuerdo con Hebreos 2:14-15, a Satanás se le despojó del poder de la muerte. ¿Qué significa esto?

La Escritura hace referencia a tres diferentes muertes: la muerte espiritual, la muerte física, y la segunda muerte.

Como aprendimos en un capítulo anterior, la segunda muerte (o muerte eterna) se refiere a Apocalipsis 2:22; 20:6, 14; 21:8, y es el tiempo cuando los incrédulos serán arrojados al lago de fuego.

La muerte física ocurre cuando el espíritu de la persona sale de su cuerpo, y cesan sus funciones.

La muerte espiritual describe la condición de un espíritu humano que no ha nacido de nuevo por el Espíritu Santo. Una persona muerta espiritualmente tiene un espíritu que está alejado de Dios, un espíritu que posee una naturaleza pecadora, un espíritu que está, hasta cierto grado, unido a Satanás. Efesios 2:1-3 nos describe la muerte espiritual:

“Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en lo hijos de desobediencia. Entre ellos vivíamos también todos nosotros en otro tiempo, andando en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos; y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás”.

Pablo escribe que los cristianos de Éfeso estaban muertos en sus delitos y pecados. Obviamente, no se refería a la muerte física, porque le hablaba a gente físicamente viva. Por lo tanto, se refería al hecho de que esa gente estaba espiritualmente muerta.

¿Qué fue lo que los mató espiritualmente? Fueron sus “delitos y pecados”. Recuerda que Dios le dijo a Adán que el día que desobedeciera, moriría (ver Génesis 2:17). Dios no estaba hablando de muerte física, sino de la muerte espiritual, debido a que Adán no murió físicamente el día en que comió del fruto prohibido. Más bien, murió espiritualmente, y su muerte física ocurrió años después.

Pablo continuó diciendo que los Efesios, muertos espiritualmente, habían practicado esos delitos y pecados, “siguiendo al mundo” (esto quiere decir, haciendo lo que los demás hacían) y siguiendo al “príncipe de la potestad del aire”.

¿Quién es el príncipe de la potestad del aire? Es Satanás, quien lidera su dominio tenebroso como comandante en jefe sobre los otros espíritus malvados que habitan la atmósfera. Esos espíritus malvados están inscritos por varios rangos en el libro de Efesios (ver Efesios 6:12).

Pablo dijo que el príncipe de las tinieblas es un “espíritu que ahora está trabajando en los hijos de desobediencia”. La expresión, “hijos de desobediencia”, es otra descripción para los incrédulos, enfatizando su naturaleza pecadora. Pablo después dijo que ellos eran “por naturaleza hijos de ira” (Efesios 2:3, énfasis agregado). Además, él dijo que Satanás estaba obrando en ellos.