Profecía contra la región de Efraín
6
1 El SEÑOR me habló y me dijo: 2 «Hijo de hombre, fija tu mirada en los montes de Israel y profetiza contra ellos. 3 Diles: Montes de Israel, escuchen la voz del Señor DIOS en los montes y colinas, en los ríos secos y los valles. El Señor DIOS dice: Voy a hacer venir contra ustedes la espada y destruiré sus lugares altos de idolatría. 4 Destruiré sus altares y sus quemadores de incienso y echaré a sus muertos ante sus ídolos. 5 Arrojaré los cadáveres de los israelitas ante sus dioses repugnantes y esparciré sus huesos por sus altares. 6 Todas sus ciudades se convertirán en ruinas y sus altares serán destruidos para que todo quede desolado y sus repugnantes ídolos se hagan añicos y queden mudos, para que sus altares queden hechos pedazos y desaparezcan los ídolos que han hecho. 7 ¡Caerán muertos entre ustedes para que aprendan que yo soy el SEÑOR!
8 »Pero dejaré que algunos cuantos se salven de mi espada entre las naciones extranjeras donde los he esparcido. 9 Cuando estén entre las naciones a donde los haya enviado, los sobrevivientes pensarán en mí. Se darán cuenta lo tanto que me rompió el corazón que ellos hubieran tenido mentalidad y deseos de prostituirse. Les dará asco esa maldad que practicaron y cómo se contaminaron, ya no tendrán más ganas de seguir haciéndolo. 10 Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando vean que les hablaba en serio».
11 El Señor DIOS dice: «Celebren por toda la maldad detestable de Israel. Ahora han caído a filo de espada, hambre y peste. 12 Los que estén lejos morirán por la peste y los que estén cerca morirán a filo de espada. Los que alcancen a esconderse morirán de hambre. ¡Sólo así calmaré mi ira! 13 Así aprenderán que yo soy el SEÑOR, cuando en los altares queden esparcidos los cadáveres en medio de sus terribles ídolos, por las colinas y en las cumbres de los montes, bajo los árboles frondosos donde ofrecían gratos aromas a sus terribles ídolos. 14 Los castigaré y desolaré su tierra, desde el desierto hasta Riblá. ¡Así aprenderán que yo soy el SEÑOR!»