Hay que volver al Señor
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Israel, regresa al SEÑOR tu Dios.
Tu pecado te ha hecho caer.
Piensen bien cómo se disculparán ante el SEÑOR.
Díganle:
«Perdona todos nuestros pecados
y recuerda sólo lo bueno que hemos hecho.
Si lo haces, te ofreceremos
palabras de alabanza y agradecimiento.
Asiria no nos salvará.
No montaremos nuestros caballos
para ir a buscar ayuda en Asiria.
No volveremos a decirle a lo que hicimos con nuestras manos:
“Tú eres nuestro dios”.
Porque tú eres
quien compadece al huérfano».
«Los perdonaré por haberme abandonado;
les daré el regalo de mi amor.
Mi furia contra ellos ha desaparecido.
Seré para Israel como el rocío.
Él florecerá como un lirio.
Crecerá como los cedros del Líbano.
Sus raíces se extenderán por todos lados para obtener alimento
y se volverá tan bello como un olivo.
Tendrá el aroma de los bosques del Líbano.
Los que vivían bajo su sombra regresarán
y crecerán como el grano.
Darán fruto como la viña.
Israel será recordado en el mundo como el vino del Líbano.
Efraín, ya no tendré que preocuparme por los ídolos.
Yo soy quien te ha respondido;
yo soy quien te protegerá.* yo soy quien te protegerá Es un juego de palabras. La palabra en hebreo es como el nombre Asiria. Dios está diciendo que él, y no una nación extranjera, protegerá a Israel.
Soy como un árbol de ciprés siempre verde.
Tu fruto viene de mí».
Consejo final
Quien sea sabio entenderá estas cosas.
Quien tenga capacidad para entender aprenderá esto:
Los caminos del SEÑOR son correctos;
los justos los seguirán
pero los perversos tropezarán con ellos.