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1 »¡Habla, pues! 
¿Hay alguien que te conteste? 
¿A qué ángel* ángel Textualmente santos en referencia a seres celestiales, tal vez los ángeles que se mencionan en 4:18. acudirás? 
2 Porque la ira acaba con el necio 
y el resentimiento con el insensato. 
3 Vi al necio echar raíces, 
y en el momento maldije su casa. 
4 Que sus hijos no reciban ayuda, 
que sean oprimidos en el tribunal y no haya quien los libere. 
5 Que sus cosechas se las coma el hambriento, 
sacándolas de entre los espinos, 
y el sediento consuma sus bienes. 
6 Porque los problemas no salen de la nada, 
ni el sufrimiento brota de la tierra, 
7 sino que los seres humanos nacen para crearse problemas, 
así como el fuego echa chispas. 
8 »Pero yo buscaría a Dios 
y pondría en sus manos mi situación. 
9 Él es autor de obras grandiosas, que no se pueden entender completamente. 
Sus obras maravillosas son incontables. 
10 Dios es el que envía lluvia a la tierra 
y lleva agua a los campos. 
11 Él enaltece a los humildes 
y da bienestar a los que gimen. 
12 Frustra los planes de los astutos 
para que no logren lo que quieren. 
13 Dios atrapa a los sabios en su propio ingenio, 
y sus consejos no sirven para nada. 
14 Ellos se encuentran a oscuras durante el día; 
andan a tientas a pleno mediodía como si fuera de noche. 
15 Pero Dios salva al pobre de la boca de los astutos, 
la cual es como una espada; 
y de la mano del poderoso. 
16 Por eso hay esperanza para el pobre 
y se acalla la injusticia. 
17 »Ciertamente qué afortunado es aquel a quien Dios corrige, 
así que no rechaces la disciplina del Todopoderoso. 
18 Porque él hiere y venda la herida; 
él da el golpe, pero con su mano sana. 
19 De seis problemas te librará, 
y en siete no permitirá que el mal te toque. 
20 En época de hambruna te salvará de la muerte 
y en tiempo de guerra te librará del poder de la espada. 
21 Estarás protegido de las malas lenguas 
y no tendrás miedo si llega la ruina. 
22 Te reirás de la ruina y del hambre, 
y no tendrás miedo de los animales salvajes. 
23 Porque tendrás un pacto hasta con las piedras del campo, 
y vivirás en paz incluso con los animales salvajes. 
24 Sabrás que tu carpa está segura 
y cuando la revises no echarás nada de menos. 
25 Sabrás también que tu descendencia será numerosa 
y tu familia será como las hojas de la hierba sobre la tierra. 
26 Morirás en pleno uso de tus facultades, 
como manojo de espigas recogidas a tiempo. 
27 Nosotros hemos investigado todo esto y así es. 
Entonces, escúchalo y compruébalo tu mismo». 
