SALMO
El Señor y su elegido 
1 ¿Por qué se rebelan las naciones? 
¿Por qué los pueblos hacen planes inútiles? 
2 Los reyes y gobernantes se han unido 
en contra del SEÑOR y del rey que él eligió. 
3 Y dicen: «¡Cortemos las ligaduras que nos imponen 
y liberémonos de sus ataduras!» 
4 Pero el que está en el cielo se ríe; 
el Señor se burlará de ellos. 
5 Luego, les habla enojado 
y en su furor los aterroriza, diciéndoles: 
6 «Yo he consagrado a mi rey en Sion, 
mi monte santo». 
7 Y el rey elegido dice: 
Déjenme explicarles el decreto del SEÑOR. 
Él me dijo: «Tú eres mi hijo. 
¡Hoy me he convertido en tu padre!* me he convertido en tu padre Textualmente yo te engendré. 
8 Sólo tienes que pedirlo, 
y te daré por herencia las naciones. 
El mundo entero será de tu propiedad. 
9 Tú las golpearás con cetro de hierro 
y las harás pedazos como ollas de barro». 
10 Así que les digo a ustedes, reyes y líderes de la tierra, 
despierten y escuchen mi consejo. 
11 ¡Obedezcan al SEÑOR con temor y respeto! 
Adórenlo con fervor. 
12 Demuestren que son leales a su hijo† Demuestren […] su hijo Textualmente Bésenle los pies a su hijo. para que no tenga motivos de enojo. 
Si no lo hacen, estarán perdidos. 
Cambien pronto de actitud 
y evitarán así su cólera. 
Afortunados todos los que buscan protección de Dios. 
