SALMO
Una canción nueva 
Al director. Canción de David. 
1 Yo confié sinceramente en el SEÑOR, 
y él escuchó mi oración. 
2 El SEÑOR me sacó del pozo de la destrucción; 
me sacó del barro y del lodo. 
Me puso los pies en la roca, en tierra firme, 
donde puedo andar con seguridad. 
3 Él puso una canción nueva en mi boca, 
una canción de alabanza a Dios. 
Mucha gente verá lo que Dios ha hecho y lo alabará; 
se llenarán de confianza en él. 
4 Afortunado el que confía en el SEÑOR 
y no busca ayuda en dioses falsos. 
5 SEÑOR, Dios nuestro, 
tú has hecho muchas maravillas. 
Tienes planes maravillosos para nosotros; 
eres incomparable. 
No me alcanzan las palabras 
cuando intento contar tus maravillas. 
6 SEÑOR, tú me has hecho entender+ tú me has hecho entender Textualmente tú has excavado mis oídos. Algunos manuscritos de LXX y He 10:5 dicen preparaste un cuerpo para mí. 
que en realidad no esperas sacrificios ni ofrendas. 
En realidad no pides sacrificios para borrar el pecado. 
7 Así que dije: «Mírame, aquí estoy, 
listo para hacer lo que está escrito de mí en el libro». 
8 Dios mío, deseo que se haga tu voluntad; 
llevo tus enseñanzas en mi corazón. 
9 Le he dado a todo el mundo la buena noticia de tu victoria 
y sabes que nunca dejaré de hablar de ello, SEÑOR. 
10 SEÑOR, no he guardado para mí la maravilla de tus obras. 
He hablado públicamente de tu justicia y de tu salvación. 
No he escondido tu fiel amor 
ni tu verdad a la gran asamblea. 
11 No seas tacaño, SEÑOR, con tu compasión. 
Que tu fiel amor y fidelidad me guarden para siempre. 
12 Porque se me han venido encima 
muchas desgracias. 
Mis pecados me han atrapado 
y no puedo escapar de ellos. 
Son tantos los pecados que he cometido, 
que he perdido todo el valor. 
13 SEÑOR, por favor rescátame. 
¡SEÑOR, ven pronto a ayudarme! 
14 Que todos los que buscan destruirme 
terminen sintiéndose avergonzados y humillados. 
Que los que quieren hacerme daño 
se retiren sin lograr nada. 
15 Que los que se burlan de mí 
retrocedan avergonzados. 
16 Y que los que buscan tu ayuda, 
encuentren dicha y felicidad. 
Que los que aman tu salvación 
puedan alabarte siempre diciendo: 
«¡Cuán grande es el SEÑOR!» 
17 Señor, ten compasión de mí, 
aunque sea tan sólo un hombre pobre e indefenso. 
Dios mío, tú eres quien me ayuda y me salva. 
¡No llegues demasiado tarde! 
