SALMO
Tú eres mi esperanza 
1 SEÑOR, en ti he buscado refugio; 
no me decepciones. 
2 Rescátame y libérame porque eres justo. 
Escúchame y sálvame. 
3 Sé tú mi roca 
donde acudo a refugiarme, 
pues tú diste la orden de salvarme. 
Tú eres mi roca, mi fortaleza. 
4 Dios mío, rescátame de las garras del perverso, 
del delincuente y del violento. 
5 Señor DIOS, tú eres mi esperanza; 
he confiado en ti desde mi juventud. 
6 He dependido de ti desde antes de nacer. 
Tú me has ayudado desde que estaba en el vientre de mi madre. 
Siempre te estoy alabando. 
7 Tú eres mi poderoso refugio, 
y me he convertido en un ejemplo para los demás. 
8 Te honro y alabo 
con mi boca todo el día. 
9 No me apartes de ti en mi vejez; 
no me abandones mientras voy perdiendo fuerzas. 
10 Mis enemigos hacen planes contra mí; 
se han aliado los que quieren matarme. 
11 Mis enemigos dicen: «Él no tiene quién lo salve. 
Dios lo ha abandonado, ¡atrapémoslo!» 
12 Dios mío, no me abandones; 
apresúrate y ven a salvarme. 
13 Que mis enemigos sean avergonzados y destruidos; 
que los que quieren hacerme daño se cubran de vergüenza y humillación. 
14 Pero yo siempre confiaré en ti; 
te alabaré cada día más. 
15 Todo el día hablaré de tu justicia y salvación; 
aunque es algo que no alcanzo a comprender. 
16 Señor DIOS, cantaré acerca de tus poderosas obras; 
haré que se recuerde tu justicia, solamente la tuya. 
17 Dios mío, tú me has enseñado desde mi juventud 
y nunca he dejado de hablar de tus obras maravillosas. 
18 Dios mío, no me abandones 
aun cuando esté viejo y con canas, 
hasta que les cuente a las nuevas generaciones 
acerca de tu poder y fortaleza. 
19 Dios mío, tu justicia llega hasta el cielo; 
has hecho grandes cosas; 
no hay dios como tú. 
20 Aunque me has hecho pasar por dificultades y malos ratos, 
me revivirás y me harás volver de las profundidades de la tierra. 
21 Acrecentarás mi grandeza 
y volverás a consolarme. 
22 Yo te agradeceré al son del instrumento de salterio, 
por tu fidelidad, Dios mío; 
a ti, Santo de Israel, 
te alabaré tocando el arpa. 
23 Te alabarán mis labios y todo mi ser, 
cantaré a ti porque me salvaste. 
24 Mi boca hablará 
todo el tiempo de tu justicia, 
pues aquellos que querían destruirme 
quedaron derrotados y humillados. 
