En cuarto lugar, Pablo habló de dos dones que funcionan juntos, las lenguas y la interpretación de lenguas. En Corinto, había sobreabundancia y abuso del hablar en lenguas. Es decir, la gente hablaba en lenguas durante las reuniones de la iglesia y no había interpretación, así que nadie sabía lo que se había dicho. Podríamos preguntarnos por qué habría de culparse a los corintios, ya que parecía ser culpa del Espíritu Santo por darle a las personas el don de lenguas sin darle a nadie el don de interpretación. Hay una respuesta muy satisfactoria a esta pregunta a la que me referiré en un capítulo posterior. En todo caso, Pablo no prohibió el hablar en lenguas (como sí lo hacen muchas iglesias institucionales). Al contrario, quita la prohibición de hablar en lenguas y declara que es un mandamiento del Señor (ver 1 Corintios 14:37-39).[1] Este era un don que, usado apropiadamente, podía edificar el cuerpo y afirmar la presencia sobrenatural de Dios en medio de ellos. Era Dios hablando a través de la gente, recordándoles su verdad y su voluntad.
Pablo presenta fuertes argumentos en el capítulo 14 a favor de la profecía presentándola como superior a las lenguas sin interpretación. Él motivaba fuertemente a los corintios a desear la profecía, y esto indica que es más probable que los dones del Espíritu sean manifiestos en medio de aquellos que los desean. De una manera similar, Pablo amonestó a los Tesalonicenses, “No apaguéis el Espíritu, No menospreciéis las profecías” (1 Tesalonicenses 5: 19-20). Esto indica que los creyentes pueden “extinguir” o “apagar el fuego” del Espíritu al tener una actitud errónea acerca del don de profecía. No hay duda de por qué hoy en día el don de profecía se manifiesta tan poco en los creyentes.
[1] Por supuesto que estoy consciente que existen personas que relacionan las manifestaciones sobrenaturales del Espíritu con el primer siglo, pues supuestamente cesaron en ese tiempo. Por esto, parece que no tenemos ninguna razón para buscar las experiencias que tuvo la iglesia primitiva y el hablar en lenguas ya no es válido. Yo tengo cierta apatía por esta gente que son como los saduceos modernos. Yo, como uno que ha alabado a Dios varias veces en japonés, de acuerdo con la gente de habla japonesa que me escucha, sin nunca yo haber aprendido japonés, sé que el Espíritu Santo no ha cesado de dar estos dones. También me pregunto, por qué estos saduceos todavía afirman que el Espíritu Santo los llamó y los convenció de que eran pecadores, y sin embargo niegan que el Espíritu pueda operar más allá de estos milagros. Esta clase de “teología” es producto de la desobediencia e incredulidad humanas, no tiene ningún apoyo bíblico y de hecho funciona en contra de la meta de Cristo. Es una desobediencia directa a Cristo de acuerdo con lo que Pablo escribe en 1 Corintios 14:37.