Cómo Reconocer los Falsos Líderes Religiosos

(How to Recognize False Religious Leaders)

Mientras que Jesús seguía con su conclusión, a continuación Él advierte a sus discípulos en contra de los falsos profetas que nos guían sin discernimiento por la vía que lleva a la destrucción. Estos son aquellos que no son verdaderamente de Dios, pero se disfrazan como tales. Todos los falsos maestros y falsos líderes están bajo esta categoría. ¿Cómo los podemos identificar?

“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da malos frutos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar buenos frutos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: “¡Señor, Señor!”, entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” Entonces les declararé: “Nunca os conocí. ¡Apartaos de mí, hacedores de maldad!” (Mateo 7:15-23).

Claramente, Jesús indicó que los falsos maestros son muy engañosos. Tienen algunas indicaciones exteriores que los hacen parecer genuinos. Pueden llamar a Jesús su Señor, profetizar, sacar demonios, y hacer milagros. Pero la “piel de oveja” sólo esconde al “lobo rapaz”. Ellos no son las verdaderas ovejas. ¿Cómo se puede saber si son verdaderos o falsos? Su carácter verdadero se puede identificar al examinar sus “frutos”.

¿De cuáles frutos estaba hablando Jesús? De seguro no son los frutos de los milagros. Al contrario, son los frutos de la obediencia a todo lo que Jesús enseñó. Aquellos que son verdaderas ovejas harán la voluntad del Padre. Aquellos que son falsos “serán “hacedores de maldad” (7:23). Nuestra responsabilidad, es comparar sus vidas con lo que Jesús mandó y enseñó.

Los falsos maestros abundan en la iglesia de hoy, y no debemos de sorprendernos, porque tanto Jesús como Pablo nos advirtieron que esto pasaría en los tiempos finales, así que no debemos esperar nada distinto (ver Mateo 24:11; 2 Timoteo 4:3-4). Los falsos profetas que más prevalecen en nuestros días, son aquellos que enseñan que el cielo espera a los que viven sin santidad. Ellos son los responsables de la eterna condenación de millones de personas. Acerca de ellos, John Wesley escribe,

¡Qué terrible que es esto! cuando los embajadores de Dios se convierten en agentes del diablo, cuando aquellos, a los que se le ha comisionado el enseñar a los hombres el camino al cielo, en realidad enseñan el camino al infierno…. Si yo preguntara, “¿Por qué, quién es el que hace esto?…. Yo respondería que diez mil hombres sabios y honorables; aún todos ellos, de cualquier denominación, que motivan al orgulloso, al estafador, al apasionado, al amante del mundo, al hombre de placeres, al injusto y al que no es amable, al fácil, al que no le preocupa nada, al inofensivo, a las criaturas inútiles, al hombre que no sufre por la falta de justicia, diciendo que ellos están camino al cielo. Todos ellos son los falsos profetas en el sentido más alto de esta palabra. Han traicionado a Dios y a los hombres…. están continuamente poblando el Reino de las tinieblas, y cuando sigan a las pobres almas que han destruido, “el infierno se levantará de lo más hondo, para encontrarlos cuando vengan”[1]

Como hecho interesante, Wesley estaba hablando específicamente acerca de los falsos maestros de los cuales Jesús nos advirtió en Mateo 7:15:23.

Nótese que Jesús dijo claramente, contrario a lo que muchos de los falsos maestros dicen, que aquellos que no llevan buenos frutos serán arrojados al infierno (ver 7:19). Más aún, esto no sólo aplica a los profetas y maestros, sino a todos. Jesús dijo, “No todo el que me dice: “¡Señor, Señor!”, entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). Lo que aplica para los profetas, aplica para todos. Éste es el tema principal de Jesús, sólo los santos heredarán el Reino de Dios. La gente que no obedece a Jesús, está destinada al infierno.

También note la unión que Jesús hace entre lo que la persona es por dentro y lo que es por fuera. El “buen” árbol produce buen fruto. El árbol “malo” no puede producir buen fruto. La fuente del buen fruto que se muestra en nuestro exterior es la naturaleza de la persona. Por su gracia, Dios ha cambiado la naturaleza de aquellos que han creído verdaderamente en Jesús.[2]


[1]Las Obras de John Wesley (Baker: Grand Rapids, 1996), por John Wesley, reimpreso de la edición de 1872 hecha por el Libro Metodista Wesleyano, Londres, pp. 441,416.

[2] No me puedo resistir a tomar esta oportunidad para comentar aquí acerca de la expresión común que la gente usa para excusar los pecados de otros: “No sabemos lo que hay en su corazón”. En contraste a esto, Jesús dice aquí que nuestro exterior refleja nuestro interior. En otra parte, Él dice, “Porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34). Cuando una persona habla palabras de odio, esto indica que el odio está en su corazón. Jesús también nos dice así, “Porque de dentro, del corazón de los hombres salen los malos pensamientos, los adulterios, las inmoralidades sexuales, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño. La lujuria, la envidia, la calumnia, el orgullo y la insensatez” (Marcos 7:21-22). Cuando una persona comete adulterio, nosotros sabemos lo que hay en su corazón: Adulterio.