“Juan estaba vestido de pelo de camello, tenía un cinto de cuero alrededor de su cintura, y su comida era langostas y miel silvestre” ( Mateo 3:4).
Juan ciertamente no encajaba en la representación actual del moderno ” predicador de prosperidad”. De hecho, estos predicadores nunca dejarían a un hombre como Juan subir a las plataformas de sus iglesias porque él no habla acerca dele éxito. Sin embargo, Juan era un verdadero hombre de Dios que no estaba interesado en hacerse tesoros en la tierra o en impresionar a la gente con su apariencia exterior, sabiendo que Dios miraba su corazón. Él vivió simplemente, y su vida no era causa de tropiezo para nadie, pues se podía ver que sus motivaciones no eran el dinero. Cómo contrasta esto con muchos ministros modernos alrededor del mundo, que usan el evangelio primeramente para ganancias personales. Y así como ellos representan mal a Jesús, hacen un gran daño a la causa de Jesús.
La tercera cualidad de Juan que contribuyó para que él fuera el predicador favorito de Jesús era ésta: Juan vivió con simpleza