El ministerio de un pastor o maestro por supuesto que debe ser caracterizado por las cualidades que se encuentran en Juan. Juan le predicaba al que estaba sin arrepentimiento. Los pastores y los maestros se supone que les predican primeramente a los que ya se han arrepentido. Sus enseñanzas se basan en esas cosas que Jesús les dijo a sus discípulos y que se encuentran en las epístolas del Nuevo Testamento.
Sin embargo, con frecuencia fallamos, al identificar correctamente a nuestras audiencias, y parece hoy en día que los pecadores con frecuencia nos predican a nosotros como si fueran santos. Sólo porque la gente está sentada en el edificio de una iglesia, no quiere decir que nuestro trabajo es decirles que tienen asegurada la salvación, especialmente si sus vidas no se distinguen de los que están en el mundo. Se necesitan con urgencia por lo menos un millón iguales a ” Juan el Bautista” para que prediquen en los púlpitos de las iglesias. ¿ Tomarías tú este riesgo? ¿ quisieras ser uno de los predicadores favoritos de Jesús?.