Samaria

(Samaria)

El segundo grupo de creyentes que fue bautizado por el Espíritu Santo lo encontramos en Hechos 8, cuando Felipe fue a la ciudad de Samaria y predicó el evangelio en ese lugar:

“Pero cuando [los samaritanos] creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del Reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. También creyó Simón mismo, y después de bautizado estaba siempre con Felipe; y al ver las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito. Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; los cuales, una vez llegados, oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo, pues aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús” ( Hechos 8:12-16).

Los cristianos de Samaria claramente experimentaron el bautismo en el Espíritu Santo como una segunda experiencia después de la salvación. La Biblia ciertamente dice que antes de que Pedro y Juan llegaran, los samaritanos ya habían “recibido la palabra de Dios”, habían creído en el evangelio y habían sido bautizados en agua. Pero cuando Pedro y Juan fueron a orar por ellos, la Escritura nos dice que “oraron para que recibieran el Espíritu Santo”. ¡No puede estar más claro!

¿Hablaron los samaritanos en nuevas lenguas cuando fueron bautizados en el Espíritu Santo? La Biblia no lo dice, pero si nos dice que algo asombroso pasó con ellos. Cuando un hombre llamado Simón fue testigo de lo que ocurrió cuando Pedro y Juan oraron por los cristianos samaritanos, él trató de adquirir de ellos la misma habilidad para impartir el Espíritu Santo.

“Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo. Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo” (Hechos 8:17-19).

¿Qué fue lo que Simón vio que le impresionó tanto? Él ya había visto muchos otros milagros más, como la gente que había sido liberada de demonios y los paralíticos y los cojos que habían sido sanados (ver Hechos 8:-7). Él mismo había estado involucrado en magia oculta, dejando atónita a toda la gente de Samaria (ver Hechos 8:9-10). Lo que él observó cuando Pedro y Juan oraron, debió de ser algo espectacular. Aunque no podemos decir nada con absoluta seguridad, parece razonable el pensar que él fue testigo del mismo fenómeno que ocurría en algunas ocasiones cuando los cristianos recibían el Espíritu Santo en el libro de los Hechos. Él los vio y los oyó hablar en otras lenguas.