De acuerdo con Pablo, cuando un creyente ora en lenguas, no es su mente la que ora sino su espíritu:
“Si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu; pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento” (1 Corintios 14:14-15).
Pablo dijo que cuando él oraba en lenguas, su mente se quedaba sin fruto. Esto quiere decir que su mente no tenía parte en esto, y que él no entendía lo que él oraba en lenguas. Así que, en vez de orar todo el tiempo en lenguas sin entender lo que se está diciendo, Pablo también pasaba tiempo orando con su mente y en su propia lengua. Él también cantaba en otras lenguas, como también cantaba en su propia lengua. Existe lugar para las dos clases de oración y canto, y nosotros debemos de ser sabios y seguir el ejemplo balanceado de Pablo.
Veamos también que para Pablo, el hablar en lenguas estaba sujeto a su propia voluntad, como también lo estaba hablar en su propia lengua. Él dijo, “oraré con el espíritu, pero también oraré con el entendimiento”. Los críticos reclaman que si el hablar en lenguas modernas fuera verdaderamente un don del Espíritu, uno no podría tener control sobre ello, pues esto sería como controlar a Dios. Pero esta idea no tiene ningún fundamento. El hablar en lenguas modernas y antiguas está bajo el control de cada individuo, porque así Dios lo planeó. Los críticos también podrían decir que la gente que tiene manos que fueron verdaderamente hechas por Dios no debe operar ningún control sobre sus manos, y si la gente toma decisiones de cómo usar sus manos está intentando controlar a Dios.
Una vez que has sido bautizado en el Espíritu Santo, podrás fácilmente probar que tus nuevas lenguas vienen de tu espíritu y no de tu mente. Primero, trata de mantener una conversación con alguien al mismo tiempo que lees este libro. Vas a encontrar que no puedes hacer las dos cosas al mismo tiempo. Sin embargo, descubrirás que puedes hablar continuamente en lenguas mientras lees este libro. La razón es porque no estás usando tu mente para hablar en lenguas, pues la lengua viene de tu espíritu. Así que, como usas tu espíritu para orar, puedes usar tu mente para leer y entender.