El Ministerio Sanador de Jesús

(The Healing Ministry of Jesus)

Se piensa con frecuencia que debido a que Jesús era el divino Hijo de Dios, Él podía hacer un milagro o una sanidad cada vez que lo deseara. Pero al examinar la Escritura cuidadosamente, descubrimos que aunque Jesús era ciertamente divino, Él estaba aparentemente autolimitado durante su ministerio de sanidad. Él dijo una vez, “No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre” (Juan 5:19). Esto claramente muestra que Jesús estaba limitado y dependía de su Padre.

De acuerdo con Pablo, cuando Jesús llegó a ser un ser humano Él “se despojó de sí mismo” de ciertas cosas que poseía previamente como Dios:

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús: Él, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó de sí mismo, tomó la forma de siervo y se hizo semejante a los hombres” (Filipenses 2:5-7, énfasis agregado).

¿De qué se despojó Jesús? No fue de su divinidad. No fue de su santidad. No fue de su amor. Debió haber sido de su poder sobrenatural. Obviamente Él ya no era omnipresente (que existía en todo lugar). Del mismo modo, ya no era omnisciente (que lo sabía todo) ni omnipotente (todopoderoso). Jesús se hizo hombre. En su ministerio, operó como un hombre ungido por el poder del Espíritu Santo. Esto se ve claramente cuando miramos de cerca los cuatro evangelios.

Por ejemplo, nos podríamos preguntar, ¿si Jesús era el divino Hijo de Dios, por qué fue necesario para Él el ser bautizado en el Espíritu Santo cuando comenzó su ministerio a la edad de treinta años? ¿Por qué Dios tenía que ser bautizado por Dios?

Claramente, Jesús necesitó el bautismo en el Espíritu Santo para ser ungido para su ministerio. Es por esto que, luego del bautismo, leemos que Él predicaba estas palabras: “El Espíritu de Dios está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas….. a pregonar…..a poner en libertad…..” (Lucas 4:18, énfasis agregado).

Es por eso también que Pedro predicó, “Vosotros sabéis…como Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él” ( Hechos 10:38, énfasis agregado).

También esta es la razón por la cual Jesús no hizo milagros hasta que fue bautizado en el Espíritu Santo a la edad de treinta años. ¿Era hijo de Dios a la edad de veinticinco años? Ciertamente sí. ¿Entonces por qué no hizo milagros hasta que tuvo treinta años? Simplemente porque Jesús se despojó de sí mismo, del poder sobrenatural que Dios posee, y Él tenía que esperar el tiempo en que sería lleno del poder del Espíritu Santo.