¿Cómo sabe una persona si él o ella han sido llamados para uno de estos oficios de la iglesia? En primer lugar, va a sentir un llamado divino de Dios. Se sentiría con una carga para llevar a cabo cierta tarea. Esto va mucho más allá que únicamente identificar y llenar una necesidad. Más bien, es un hambre dada por Dios manifestada dentro de la persona que le constriñe por cierto ministerio. Si es verdaderamente llamado por Dios, no estará satisfecho hasta que no comience su llamado. Esto no tiene relación con el ser llamado por un hombre o por un comité. Dios es el que hace el llamado.
Segundo, la persona que ha sido verdaderamente llamada por Dios se sentirá equipada por Él para llevar a cabo la tarea que le fue dada. Cada uno de estos cinco oficios lleva una unción sobrenatural que le permite al individuo hacer lo que Dios le ordenó hacer. Con el llamado viene la unción. Si no hay unción, no hay llamado. Alguien puede aspirar a funcionar en cierto ministerio, asistir a la escuela bíblica por cuatro años educándose y preparándose para este ministerio, pero sin la unción de Dios, no tendrá oportunidad de alcanzar el éxito.
Tercero, él encontrará que Dios le ha abierto algunas puertas llenas de oportunidades para ejercer sus dones particulares. De esta forma él puede probar su fidelidad, y eventualmente se le confiarán mayores oportunidades, responsabilidades y dones.
Si una persona no ha sentido un llamado divino a ejercer uno de estos cinco dones ministeriales, o sí no siente ninguna unción especial para llevar a cabo la tarea que Dios le ha dado, o si no ha aparecido ninguna oportunidad para ejercer los dones que cree que posee, esta persona no debería intentar hacer algo que Dios no la ha llamado a hacer. Más bien, debería esforzarse para ser una bendición en su iglesia local, su vecindad, y su lugar de trabajo. Aunque no haya sido llamada para ninguno de los cinco dones ministeriales, ha sido llamada para usar los dones que Dios le ha dado y debe de mantenerse fiel en ello.
Aunque la Escritura menciona los cinco ministerios, esto no quiere decir que toda persona que opera en uno de estos oficios tendrá un ministerio idéntico. Pablo escribió que, “hay diversidad de ministerios” (1 Corintios 12:5), haciendo una diferenciación entre los ministros que se encuentran en el mismo oficio. Más aún, parece que existen varios niveles de unción entre los que tienen los diferentes oficios, así que podríamos catalogar cada oficio según su grado de unción. Por ejemplo, hay algunos maestros que parecen estar más ungidos en cierta manera que otros maestros. Lo mismo ocurre con los otros dones ministeriales. Yo personalmente creo que cada ministro puede hacer cosas que darán como resultado un incremento en la unción de su ministerio, tales como probar su fidelidad durante un periodo de tiempo y consagrarse profundamente a Dios.