La traducción en griego de la palabra apóstol es apostolos que significa literalmente “uno que es enviado”. Un verdadero apóstol del Nuevo Testamento es un creyente divinamente enviado a un lugar o lugares para establecer iglesias. Él da el fundamento espiritual en el “edificio de Dios” y se puede comparar con un “contratista general”, como Pablo escribió:
“porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo, como perito arquitecto, puse el fundamento y otro edifica encima” (1 Corintios 3:9-10a, énfasis agregado).
Un “perito arquitecto” o contratista general, supervisa todo el proceso de construcción, él visualiza el producto terminado. Él no es un especialista como el carpintero o el albañil. Pueda que haga algún trabajo como carpintero o albañil, pero probablemente no tan bien como ellos. De la misma forma, el apóstol tiene la habilidad de hacer el trabajo de un evangelista o pastor, pero sólo por un tiempo limitado mientras se establece la iglesia. (El apóstol Pablo usualmente permanecía en un lugar de seis meses a tres años).
El apóstol es el mejor en establecer iglesias y luego supervisarlas para que sigan por el camino de Dios. El apóstol es responsable de instalar ancianos/ pastores/ superintendentes para que pastoreen cada congregación que él planta. (Ver Hechos 14:21-23; Tito 1:5).