La Escritura también nos dice que Jesús hizo una proclamación a un grupo de gente, espíritus sin cuerpo, en un momento entre su muerte y resurrección. Leemos en 1 Pedro 3:
“Asimismo, Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu. Y en espíritu fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en el cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua” (1 Pedro 3:18-20).
Este pasaje de la Escritura ciertamente produce ciertas preguntas para las cuales no tengo respuesta. ¿Por qué Jesús haría una proclamación específicamente a una gente desobediente que murió durante el tiempo de Noé? ¿Qué fue lo que les dijo?
En cualquier caso, la Escritura parece apoyar el hecho de que Jesús no pasó los tres días y noches desde su muerte hasta su resurrección en el paraíso.