No hay nada más importante que la obediencia a Dios, y algún día, todos entenderemos eso. La gente sabia lo sabe ahora y actúa de acuerdo a eso.
“El fin de todo el discurso que has oído es: Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre. Pues Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa oculta, sea buena o sea mala” (Eclesiastés 12:13-14).
El ministro que hace discípulos obedece a Dios con todo su corazón y hace todo lo que puede para motivar a sus discípulos a hacer lo mismo.
Para un futuro estudio concerniente al importante tema de nuestro futuro juicio, ver Mateo 6:1-6, 16-18; 10:41-42; 12:36-37; 19:28-29; 25.14-30; Lucas 12:2-3; 14:12-14; 16:10-13; 1 Corintios 3:5-15; 2 Timoteo 2:12; 1 Pedro 1 :17; Apocalipsis 2:26-27; 5:10; 20:6.