El Día del Señor

(The Day of the Lord)

Luego, en su misma carta, Pablo escribe:

“Con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con Él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca” (2 Tesalonicenses 2:1-2, énfasis agregado).

Primero, note que el tema de Pablo era el retorno de Cristo y el rapto. Él escribió acerca de “nuestra reunión con Él”, con las palabras que Jesús usó en Mateo 24:31, cuando Él habló acerca de los ángeles que “juntarían” a sus escogidos desde “un extremo del cielo hasta el otro”.

Segundo, note que Pablo se refiere acerca de estos eventos como “el día del Señor”, de igual forma que lo hizo en 1 Tesalonicenses 4:13-5:2. Esto no puede ser más obvio.

Pablo continuó:

“Nadie os engañe de ninguna manera, pues no vendrá sin que antes venga la apostasía y se manifieste el hijo de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto, que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios” (2 Tesalonicenses 2:3-4, énfasis agregado).

Los tesalonicenses de alguna forma pensaban en erróneamente acerca de que el día del Señor, el cual de acuerdo con Pablo debería empezar con el rapto y el retorno de Cristo, ya había acontecido. Pero Pablo claramente dijo que no vendría sin que antes viniera la apostasía (seguramente refiriéndose a la caída de muchos sobre la cual habló Jesús en Mateo 24:10) y después de que el anticristo se declare Dios en el templo de Jerusalén. Así que Pablo claramente le dijo a los tesalonicenses que ellos no deberían esperar el retorno de Cristo, el rapto, o el día del Señor, hasta después de que el anticristo se declarara Dios.[1]

Ahora Pablo describe el retorno de Cristo y después la destrucción del anticristo:

“¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Ya está en acción el misterio de la iniquidad; solo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel impío, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida. El advenimiento de este impío, que es obra de Satanás, irá acompañado de hechos poderosos, señales y falsos milagros, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos” (2 Tesalonicenses 2:5-10).

Pablo dijo que el anticristo será destruido al final con “el resplandor de la venida de Jesús”. Si esta “venida” es la misma que su venida en el rapto mencionada tan solo nueve versos atrás (ver 2:1), entonces el anticristo será destruido al mismo tiempo en que la iglesia se reúna con el Señor en el aire. También podemos corroborar esto en Apocalipsis capítulo 19 y 20. Allí leemos acerca del retorno de Cristo (ver Apocalipsis 19:11-16), la destrucción del anticristo y de sus ejércitos (ver Apocalipsis 19:17-21), la caída de Satanás (ver 20:1-3) y “la primera resurrección” (ver 20:4-6), en la cual los creyentes que fueron mártires durante los siete años de tribulación volverán a la vida. Si esta es verdaderamente la primera resurrección en el sentido de que es la primera resurrección general de los justos, entonces hay menos duda acerca de que el rapto y la ira de Cristo a su retorno ocurrirán al mismo tiempo, igual que la destrucción del anticristo, como la Escritura directamente nos dice que todos aquellos que han muerto en Cristo, resucitarán en el rapto (ver 1 Tesalonicenses 4:15-17).[2]


[1] Esto desecha la teoría de que el discurso de los olivos de Jesús sólo tiene aplicación a los creyentes judíos que son nacidos de nuevo durante la gran tribulación, porque todos aquellos que fueron nacidos de nuevo antes de la tribulación supuestamente serán llevados en el rapto. No, Pablo le dijo a los gentiles creyentes tesalonicenses que el rapto y el retorno de Cristo no podrían ocurrir hasta después de que el anticristo hiciera su declaración de deidad, lo que ocurre en la mitad de los siete años de tribulación.

[2] Algunos dicen que esta resurrección de la que se habla en Apocalipsis 20:4-6, es realmente la segunda parte de la primera resurrección que ocurre durante el primer retorno de Cristo en el rapto. ¿Qué garantía hay para esta interpretación? Si la resurrección de Apocalipsis 20:4-6 es realmente una segunda resurrección, ¿Por qué no se le llamó “la segunda resurrección”?