Saulo en Damasco

(Saul in Damascus)

El tercer ejemplo en el libro de los Hechos acerca de alguien que recibe el Espíritu Santo es el caso de Saulo de Tarso, al que después conocemos como el apóstol Pablo. Él había sido salvo en el camino a Damasco, donde también estuvo temporalmente ciego. Tres días después de su conversión, un hombre llamado Ananías fue enviado a él por designio divino:

“Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. Al instante cayeron de sus ojos como escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado” (Hechos 9: 17-18).

No hay duda de que Saulo había nacido de nuevo antes de que Ananías llegara a orar por él. Él creyó en el Señor Jesús cuando iba camino a Damasco, e inmediatamente obedeció las nuevas instrucciones del Señor.

Más aún, cuando Ananías conoció por primera vez a Saulo, le llamó “hermano Saulo”. Nótese que Ananías le dijo que él había venido para devolverle la vista y para ser lleno del Espíritu Santo. Así, para Saulo, el haber sido bautizado o lleno del Espíritu Santo, ocurrió tres días después de su salvación.

Propiamente dicho, la Escritura no registra el incidente cuando Saulo fue bautizado en el Espíritu Santo, pero debió acontecer poco después de que Ananías llegara al lugar donde Saulo se encontraba. No hay duda de que Saulo habló en otras lenguas en algún momento, porque él dice después en 1 Corintios 14:18, “Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros”.

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Capítulo Once – El Bautismo en el Espíritu Santo » Saulo en Damasco

Cuando Jesús Ordenó a las Mujeres a Enseñar a los Hombres

(Saul in Damascus)

Antes de que hablemos de las palabras de Pablo acerca de que las mujeres debían guardar silencio en la iglesia y de su prohibición para enseñar a los hombres, consideremos una escritura que nos ayudará a hacer un balance en esto.

Cuando Jesús resucitó, un ángel le ordenó a por lo menos tres mujeres que instruyeran a los discípulos de Jesús. Estas mujeres recibieron la instrucción de comunicar a los discípulos que Jesús había resucitado y que se les aparecería a ellos en Galilea. Pero esto no es todo. Poco tiempo después, Jesús se apareció a las mismas mujeres y les ordenó que instruyeran a sus discípulos para que fueran a Galilea (ver Mateo 28:1-10; Marcos 16:17).

Primero, pienso que es importante el notar que Jesús se apareció primero a mujeres que a hombres. Segundo, si hubiera algo moral o fundamentalmente erróneo acerca de que las mujeres enseñaran a los hombres, uno podría pensar que Jesús no debió haberle dicho a mujeres que enseñaran a hombres acerca de su resurrección, una información para nada trivial, y una que Él pudo haber dado por sí mismo (y de hecho, después lo hizo). Nadie puede discutir este hecho: el Señor Jesús instruyó a mujeres a enseñar una verdad vital y a dar algunas instrucciones espirituales a algunos hombres.

Respuestas a Algunas Preguntas Comunes

(Answers to a Few Common Questions)

¿Podemos decir con seguridad que aquellos que nunca han hablado en lenguas no han sido bautizados en el Espíritu Santo? Personalmente, no lo creo.

Siempre motivo a la gente a que espere hablar en lenguas cuando oro por ellos para ser bautizados en el Espíritu Santo, y probablemente ocurre, en el 95% de los casos, tan sólo unos segundos después de que oro por ellos. Esto suma miles de personas al pasar de los años.

Sin embargo, nunca diría que el cristiano por quien se ha orado para recibir el bautismo del Espíritu Santo y no ha hablado en lenguas, no ha sido bautizado por el Espíritu Santo, porque el bautismo en el Espíritu se recibe por fe, y el hablar en lenguas es algo voluntario. Sin embargo, si yo tengo la oportunidad para compartir con un creyente que ha sido bautizado en el Espíritu Santo, pero que nunca ha hablado en lenguas, primeramente le muestro todas las escrituras del libro de los Hechos que hablan acerca de esto. Luego, también le muestro cómo Pablo controlaba cuando hablaba en lenguas y cuando no lo hacía. Como Pablo, yo puedo hablar en lenguas cada vez que quiero y, si lo quisiera, nunca más hablaría en lenguas. Esto quiere decir que yo puedo ser bautizado en el Espíritu Santo y nunca hablar en lenguas al no cooperar con la lengua que me da el Espíritu.

Así que otra vez, cuando tengo la oportunidad de hablar con un creyente que ha orado en fe para recibir el bautismo en el Espíritu Santo, pero que nunca ha hablado en lenguas, no le digo ( pues así lo creo) que no ha sido bautizado en el Espíritu Santo. Simplemente le explico que el hablar en lenguas es algo que el Espíritu Santo no hace separado de nosotros. Le explico que el Espíritu Santo nos da el lenguaje, pero que nosotros tenemos que hablar, igual que cuando hablamos en nuestro propio idioma. Luego, le motivo a que coopere con el Espíritu Santo y comience a hablar en lenguas. Casi sin ninguna excepción, todos lo hacen.

Samaria

(Samaria)

El segundo grupo de creyentes que fue bautizado por el Espíritu Santo lo encontramos en Hechos 8, cuando Felipe fue a la ciudad de Samaria y predicó el evangelio en ese lugar:

“Pero cuando [los samaritanos] creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del Reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. También creyó Simón mismo, y después de bautizado estaba siempre con Felipe; y al ver las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito. Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; los cuales, una vez llegados, oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo, pues aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús” ( Hechos 8:12-16).

Los cristianos de Samaria claramente experimentaron el bautismo en el Espíritu Santo como una segunda experiencia después de la salvación. La Biblia ciertamente dice que antes de que Pedro y Juan llegaran, los samaritanos ya habían “recibido la palabra de Dios”, habían creído en el evangelio y habían sido bautizados en agua. Pero cuando Pedro y Juan fueron a orar por ellos, la Escritura nos dice que “oraron para que recibieran el Espíritu Santo”. ¡No puede estar más claro!

¿Hablaron los samaritanos en nuevas lenguas cuando fueron bautizados en el Espíritu Santo? La Biblia no lo dice, pero si nos dice que algo asombroso pasó con ellos. Cuando un hombre llamado Simón fue testigo de lo que ocurrió cuando Pedro y Juan oraron por los cristianos samaritanos, él trató de adquirir de ellos la misma habilidad para impartir el Espíritu Santo.

“Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo. Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo” (Hechos 8:17-19).

¿Qué fue lo que Simón vio que le impresionó tanto? Él ya había visto muchos otros milagros más, como la gente que había sido liberada de demonios y los paralíticos y los cojos que habían sido sanados (ver Hechos 8:-7). Él mismo había estado involucrado en magia oculta, dejando atónita a toda la gente de Samaria (ver Hechos 8:9-10). Lo que él observó cuando Pedro y Juan oraron, debió de ser algo espectacular. Aunque no podemos decir nada con absoluta seguridad, parece razonable el pensar que él fue testigo del mismo fenómeno que ocurría en algunas ocasiones cuando los cristianos recibían el Espíritu Santo en el libro de los Hechos. Él los vio y los oyó hablar en otras lenguas.

 

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Capítulo Once – El Bautismo en el Espíritu Santo » Samaria

La Fuente del Lenguaje

(The Source of the Utterance)

De acuerdo con Pablo, cuando un creyente ora en lenguas, no es su mente la que ora sino su espíritu:

“Si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu; pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento” (1 Corintios 14:14-15).

Pablo dijo que cuando él oraba en lenguas, su mente se quedaba sin fruto. Esto quiere decir que su mente no tenía parte en esto, y que él no entendía lo que él oraba en lenguas. Así que, en vez de orar todo el tiempo en lenguas sin entender lo que se está diciendo, Pablo también pasaba tiempo orando con su mente y en su propia lengua. Él también cantaba en otras lenguas, como también cantaba en su propia lengua. Existe lugar para las dos clases de oración y canto, y nosotros debemos de ser sabios y seguir el ejemplo balanceado de Pablo.

Veamos también que para Pablo, el hablar en lenguas estaba sujeto a su propia voluntad, como también lo estaba hablar en su propia lengua. Él dijo, “oraré con el espíritu, pero también oraré con el entendimiento”. Los críticos reclaman que si el hablar en lenguas modernas fuera verdaderamente un don del Espíritu, uno no podría tener control sobre ello, pues esto sería como controlar a Dios. Pero esta idea no tiene ningún fundamento. El hablar en lenguas modernas y antiguas está bajo el control de cada individuo, porque así Dios lo planeó. Los críticos también podrían decir que la gente que tiene manos que fueron verdaderamente hechas por Dios no debe operar ningún control sobre sus manos, y si la gente toma decisiones de cómo usar sus manos está intentando controlar a Dios.

Una vez que has sido bautizado en el Espíritu Santo, podrás fácilmente probar que tus nuevas lenguas vienen de tu espíritu y no de tu mente. Primero, trata de mantener una conversación con alguien al mismo tiempo que lees este libro. Vas a encontrar que no puedes hacer las dos cosas al mismo tiempo. Sin embargo, descubrirás que puedes hablar continuamente en lenguas mientras lees este libro. La razón es porque no estás usando tu mente para hablar en lenguas, pues la lengua viene de tu espíritu. Así que, como usas tu espíritu para orar, puedes usar tu mente para leer y entender.

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Capítulo Once – El Bautismo en el Espíritu Santo » La Fuente del Lenguaje

Los Temores Comunes

(Common Fears)

Alguna gente se preocupa de que al pedir el Espíritu Santo, en vez de que esto suceda, puedan abrirle la puerta a un espíritu demoníaco. Sin embargo, no existe ninguna base para este argumento. Jesús prometió,

“¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide pescado, en lugar de pescado le dará una serpiente? ¿O si le pide huevo le dará un escorpión? “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”(Lucas 11: 11-13).

Si pedimos el Espíritu Santo, Dios nos dará el Espíritu Santo, y no debemos temer que recibiremos algo diferente.

Algunos se preocupan de que al hablar en lenguas, sean ellos mismos los que inventen lenguas sin sentido, en vez de ser un lenguaje sobrenatural dado por el Espíritu Santo; sin embargo, si intentas inventar una lengua creíble antes de ser bautizado por el Espíritu Santo, verás que es imposible. Por otro lado, debes entender que si vas a hablar en otras lenguas, deberás usar tus labios, lengua y cuerdas vocales. El Espíritu Santo no habla por ti, Él sólo te da el lenguaje. Él es quien nos ayuda, no quien hace todo. Debes ser tú el que habla, como la Biblia lo enseña:

“Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablaran” (Hechos2:4, énfasis agregado).

“y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo y hablaban en lenguas y profetizaban” (Hechos 19:6, énfasis agregado).

Después de que un creyente ha pedido el don del Espíritu Santo, debe creer y esperar que hable en lenguas. Debido a que el Espíritu Santo se recibe por fe, la persona no debe esperar o experimentar algún sentimiento o sensación física. Simplemente debe abrir su boca y hablar las sílabas y sonidos nuevos que serán parte del lenguaje que el Espíritu Santo le está dando. Si el creyente no empieza a hablar por fe, ninguna lengua saldrá de su boca. Él tiene que empezar a hablar, y el Espíritu santo le proveerá el lenguaje.

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Capítulo Once – El Bautismo en el Espíritu Santo » Los Temores Comunes

Jerusalén

(Didn't Paul Write that Not All Speak with Tongues?)

El primer ejemplo lo encontramos en Hechos 2 cuando los ciento veinte discípulos fueron bautizados en el Espíritu Santo en el día del Pentecostés:

“Cuando llegó el día del Pentecostés estaban todos unánimes juntos. De repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablaran” (Hechos 2: 1-4, énfasis agregado).

No hay duda de que los ciento veinte creyentes ya eran salvos y nacidos de nuevo antes del Pentecostés, así que ellos definitivamente experimentaron el bautismo en el Espíritu Santo después de ser salvos. Habría sido imposible para ellos recibir el bautismo en el Espíritu Santo antes de este tiempo, porque el Espíritu Santo no había sido dado a la iglesia hasta ese día.

Es muy claro que la señal que les acompañaba era el hablar en otras lenguas.

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Capítulo Once – El Bautismo en el Espíritu Santo » Jerusalén

La Evidencia Inicial del Bautismo en el Espíritu

(Didn't Paul Write that Not All Speak with Tongues?)

Cuando un creyente es bautizado en el Espíritu Santo, la evidencia inicial de esto será que él hablará una nueva lengua, que es lo que la Escritura menciona como “nuevas lenguas” u “otras lenguas”. Numerosas escrituras respaldan este hecho y vamos a considerarlas.

Primero, durante los momentos finales antes de la ascensión, Jesús dijo que una de las señales que seguirían a los creyentes sería el hablar en nuevas lenguas:

“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea, será condenado. Estas señales seguirán a los que creen: en mi nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas lenguas” (Marcos 16:15-17, énfasis agregado).

Algunos comentaristas dicen que estos versos no deben estar en nuestra Biblia porque ciertos manuscritos antiguos del Nuevo Testamento no los incluyen. Sin embargo, muchos de los manuscritos antiguos sí los incluyen, y ninguna de las muchas traducciones en inglés que yo he leído los omite. Además de esto, lo que Jesús dijo en estos versos se relaciona perfectamente con la experiencia de la iglesia primitiva registrada en el libro de los Hechos.

Hay cinco ejemplos en el libro de los Hechos en donde los creyentes son inicialmente bautizados en el Espíritu Santo. Consideremos todos los cinco y mientras lo hacemos, nos vamos a preguntar continuamente dos cosas: (1) ¿Era el bautismo en el Espíritu Santo una experiencia subsiguiente a la salvación? Y (2) ¿los que recibían este bautismo, hablaban en nuevas lenguas? Esto nos ayudará a entender la voluntad de Dios para los creyentes del día de hoy.

El Veredicto

(The Verdict)

Revisemos los cinco ejemplos. En por lo menos cuatro de ellos, el bautismo en el Espíritu Santo fue una experiencia que ocurrió después de la salvación.

En tres de los ejemplos, la Escritura dice claramente que los que recibían el bautismo hablaban en otras lenguas. Además, en el encuentro de Pablo con Ananías, su experiencia de ser bautizado en el Espíritu Santo no se describe, pero sí sabemos que eventualmente, él habló en lenguas. Esto representa el cuarto caso.

Al examinar más los ejemplos, algo sobrenatural ocurrió a los creyentes en Samaria cuando recibieron el Espíritu Santo, porque Simón trató de comprar el poder para impartir el Espíritu Santo.

Por lo tanto, la evidencia es bastante clara. En la iglesia primitiva, los creyentes que habían nacido de nuevo recibían una segunda experiencia con el Espíritu Santo, y cuando lo hacían, hablaban en otras lenguas. Esto no nos debe sorprender, porque Jesús dijo que aquellos que creían en Él, hablarían nuevas lenguas.

Así que por conclusión tenemos la evidencia de que cada uno que ha nacido de nuevo debe también experimentar otra obra del Espíritu Santo, la cual es el bautismo en el Espíritu Santo. Además, cada creyente debe tener la esperanza de hablar nuevas lenguas cuando recibe el bautismo en el Espíritu Santo.

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Capítulo Once – El Bautismo en el Espíritu Santo » El Veredicto

¿Escribió Pablo que no Todos Hablábamos en Lenguas?

(Didn't Paul Write that Not All Speak with Tongues?)

La pregunta de Pablo,” ¿Hablan todos lenguas?” (1 Corintios 12:30) de la cual la respuesta obvia es “No”, debe de ser armonizada con el resto del Nuevo Testamento. Su pregunta se encuentra dentro del contexto de su instrucción acerca de los dones espirituales, los cuales se manifiestan por la voluntad del Espíritu (ver 1 Corintios 12:11). Pablo estaba escribiendo específicamente acerca de los “diversos géneros de lenguas” (1 Corintios 12:10). Dicho don, de acuerdo con Pablo, debe estar siempre acompañado del don espiritual de la interpretación de lenguas. Este don en particular no pudo ser lo que los corintios siempre manifestaban en la iglesia, pues ellos hablaban en lenguas públicamente sin ninguna interpretación. Deberíamos preguntar: ¿Por qué el Espíritu santo imparte el don de lenguas a alguien en una asamblea pública, sin darle a otro el don de interpretación? La respuesta es que Él no lo haría. De otra forma, el Espíritu Santo estaría promoviendo algo que no es la voluntad de Dios.

Los corintios seguramente oraban en lenguas en voz alta en medio del servicio de la iglesia, sin haber ninguna interpretación. Por esto, aprendemos que el hablar en lenguas tiene dos usos. Uno es el hablar en lenguas, el cual Pablo dijo que debería hacerse en privado. Este uso de lenguas no se acompaña de interpretación, como Pablo escribió, “mi espíritu ora, pero mi mente no tiene fruto” (1 Corintios 14:14). Es claro que Pablo no siempre sabía lo que decía cuando hablaba en lenguas. Él no entendía lo que hablaba, ni tampoco tenía interpretación.

Sin embargo, también existe el uso de hablar en lenguas que es para la asamblea pública de la iglesia, el cual es acompañado del don de interpretación. Esto ocurre cuando el Espíritu Santo se mueve en alguna persona de acuerdo a su voluntad, dándole ese don. Esta persona habla públicamente, y en seguida se da la interpretación. Sin embargo, Dios, no usa a todos en esa forma. Por esto Pablo escribió que no todos hablaban lenguas. No todos son usados por Dios con el don de lenguas dado en forma espontánea, ni tampoco Dios usa a todos para la interpretación de lenguas. Esta es la única forma de entender la pregunta de Pablo,” ¿Hablan todos lenguas?” con el resto de lo que enseña la Escritura.

Yo puedo hablar en lenguas cada vez que lo deseo, igual que Pablo lo hizo. Así que, por supuesto, ni Pablo ni yo diríamos que hablamos en lenguas, sólo por la “voluntad del Espíritu”. Es por nuestra voluntad. Así que lo que hacemos cada vez que queremos no puede ser el don de hablar en lenguas que ocurre cuando es la “voluntad del Espíritu”. Además, Pablo, como yo, hablaba en lenguas en una forma privada sin entender lo que decía, así que éste no puede ser el don de hablar en lenguas sobre el cual él escribe en 1 Corintios, donde dice que el don de lenguas siempre es acompañado por el don de interpretación de lenguas.

Ha sido sólo en raras ocasiones cuando yo he hablado en lenguas en una asamblea pública. Esto sólo pasa cuando yo siento el Espíritu Santo que se mueve en mí, aunque yo puedo orar en lenguas cada vez que yo quiera en la iglesia (como lo hicieron los corintios) sin necesidad de la interpretación. Cuando yo siento que el Espíritu Santo se mueve dentro de mí con ese don, siempre ha habido una interpretación que edifique al cuerpo.

En conclusión, debemos interpretar la Biblia armoniosamente. Aquellos que llegan a la conclusión, debido a la pregunta de Pablo que encontramos en 1 Corintios 12:30, de que no todos los creyentes deberían hablar en lenguas, están ignorando muchas otras escrituras que no armonizan con esta interpretación. Debido a su error, se están perdiendo de una gran bendición de Dios.