Regla #3: Lea Honestamente

Regla #3: Lea Honestamente. No fuerce su propia teología al texto. Si lee algo que contradice lo que usted cree, no trate de cambiar la Biblia; cambie lo que usted cree.

(Rule #3: Read Honestly. Don’t force your theology into a text. If you read something that contradicts what you believe, don’t try to change the Bible; change what you believe.)

Cada uno de nosotros leemos las Escrituras con ciertas bases que ya habíamos aprendido. Por esta razón, con frecuencia es muy difícil para nosotros leer la Biblia con honestidad. Terminamos introduciendo nuestras creencias a la Escritura, en vez de dejar que la Escritura modele nuestra teología. Nosotros muchas veces buscamos solamente pasajes que apoyen nuestras doctrinas e ignoramos aquellos pasajes que contradicen nuestras creencias. A esto se le conoce como “edición del texto”.

Aquí hay un ejemplo que encontré recientemente en donde muchos fuerzan su propia teología al texto. Un maestro en particular empezó leyendo Mateo 11:28-29, una cita de Jesús bien conocida:

“venid a mí todos los que estéis trabajados y cargados, y yo os haré descasar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11:28-29).

Después de leer, el maestro empezó a explicar que Jesús ofrecía dos tipos de descanso diferentes. El primero, (supuestamente), es el descanso de la salvación que leemos en 11:28, y el segundo es el descanso del discipulado en el 11:29. El primer descanso se recibe al llegar a Jesús; y el segundo descanso se recibe al someterse a él como Señor, o al tomar su yugo.

Pero, ¿fue esto lo que quería decir Jesús? No, esto es forzar el significado del texto que no está ni explícito ni implícito. Jesús no dijo que estaba ofreciendo dos tipos de descanso diferentes. Estaba ofreciendo un descanso para aquellos que estaban cargados y trabajados, y la única forma para recibir dicho descanso era tomando el yugo de Jesús al someterse a Él. Éste era el innegable significado de Jesús.

¿Por qué este maestro dio tal interpretación? Porque el obvio significado del pasaje no encajaba con sus creencias de que existían dos clases de cristianos herederos del cielo, los creyentes y los discípulos. Así que, no interpretó este pasaje honestamente.

Por supuesto que al leer otra vez las declaraciones de la Escritura que hemos leído anteriormente en este libro, nos damos cuenta que esta extraña doctrina de este maestro no encaja en el contexto del descanso que Jesús había enseñado. En ningún lado el Nuevo Testamento enseña que hay dos clases de cristianos herederos del cielo, los creyentes y los discípulos. Todos los verdaderos creyentes son discípulos. Aquellos que no son discípulos, no son creyentes. El discipulado es el fruto de una fe genuina.

Aprendamos a leer la Biblia honestamente, con corazones puros. Si lo hacemos así, el resultado será más devoción y obediencia a Cristo.