Otra Prueba de la Voluntad de Dios de Sanar

(Further Proof of God's Will to Heal)

Bajo el antiguo pacto, la sanidad física estaba incluida en el pacto de Dios con Israel. Sólo unos días después del Éxodo, Dios le hizo esta promesa a Israel:

“Si escuchas atentamente la voz de Jehová, tu Dios, y haces lo recto delante de sus ojos, das oído a sus mandamientos y guardas todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié sobre los egipcios traeré sobre ti, porque yo soy Jehová, tu sanador” (Éxodo 15:26).

Cualquiera que es honesto estará de acuerdo que la sanidad estaba incluida en el pacto de Israel con Dios, condicionada por la obediencia. (Casualmente, Pablo deja claro en 1 Corintios 11:27-31 que la sanidad física bajo el nuevo pacto también está condicionada por nuestra obediencia).

Dios también prometió a los israelitas:

“Pero serviréis a Jehová, vuestro Dios, y él bendecirá tu pan y tus aguas. Yo apartaré de ti toda enfermedad. En tu tierra no habrá mujer que aborte ni que sea estéril y alargaré el número de tus días” (Éxodo 23:25-26, énfasis agregado).

“Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti hombre ni mujer estéril, ni en tus ganados. Apartará de ti Jehová toda enfermedad, y ninguna de las malas plagas de Egipto que tú conoces hará caer sobre ti, sino que las hará caer sobre todos los que te aborrezcan” (Deuteronomio 7:14-15, énfasis agregado).

Si la sanidad física se incluyó en el antiguo pacto, uno se extrañaría si no hubiera sido incluida en el nuevo pacto, si de hecho el nuevo pacto es mejor que el antiguo, como la Escritura lo dice:

“Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo (el de Jesús), cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas” (Hebreos 8:6, énfasis agregado).