Se ha dicho con frecuencia que “Pablo tenía un aguijón en su carne y Dios no lo sanó”. Sin embargo, la idea de que el aguijón de Pablo era una enfermedad, simplemente es una mala teoría teológica a la luz del hecho de que Pablo nos dijo lo que su aguijón era exactamente, un ángel de Satanás:
“Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltara, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca; respecto a lo cual tres veces le he rogado al Señor que lo quite de mí. Y me ha dicho; “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” (2 Corintios 12:7-9, énfasis agregado).
La palabra que se traduce como mensajero es el vocablo griego “aggelos”, que se traduce como ángel o ángeles en más de 160 pasajes que se encuentran en el Nuevo Testamento. El aguijón de Pablo en su carne era un ángel de Satanás enviado para abofetearle; no era ninguna clase de enfermedad.
También note que no se hace mención de una oración de Pablo para ser sanado ni hay ninguna indicación de que Dios se negara a sanarle. En tres ocasiones, Pablo simplemente le pidió a Dios si podía quitarle este ángel que le abofeteaba, y Dios dijo que su gracia era suficiente.
¿Quién fue el que le dio este aguijón a Pablo? Algunos creen que fue Satanás, debido a que el aguijón se llamaba “ángel de Satanás”. Otros creen que fue Dios el que lo envió, porque el aguijón aparentemente fue dado para que Pablo no se enorgulleciera. Pablo mismo dijo “para que no me enaltezca”.
La versión King James traduce estos versos en una forma diferente. En vez de decir, “para que no me enaltezca”, dice, “para que sea exaltado con medida”. Esta es una diferencia muy importante porque Dios no se opone a que seamos exaltados. De hecho, Él promete exaltarnos si nos humillamos. Así que es bastante posible que Dios estuviera exaltando a Pablo y Satanás estuviera tratando de detener dicha exaltación al enviar un ángel especialmente para abofetearle y causarle angustia por dondequiera que Pablo viajara. Mas Dios dijo que Él usaría estas circunstancias para su gloria porque su poder podía ser manifestado más grandemente en la vida de Pablo como resultado de la debilidad de éste.
A pesar de esto, el decir que Pablo estaba enfermo y que Dios se negó a sanarle es una grosera distorsión de lo que la Biblia dice. En el pasaje acerca del aguijón en la carne, Pablo nunca mencionó ninguna enfermedad, y no hay nada que diga que Dios, por su parte, se negara a sanar su supuesta enfermedad. Si una persona honesta leyera lo que Pablo dice sobre sus tribulaciones en 2 Corintios 11:23-30, se daría cuenta que él no menciona ni una sola vez nada acerca de ninguna enfermedad.