Un Ejemplo Bíblico

(A Scriptural Example)

Primero, parece razonable que Dios, el gran evangelista que hace el 95% del trabajo y que está enviando su mensaje a todos cada día, pudiera probablemente mandar a sus siervos a proclamar el evangelio a aquellos cuyos corazones son más receptivos que a aquellos cuyos corazones no son tan receptivos. Así lo creo yo.

¿También, no pareciera posible que Dios, el gran evangelista que ya ha estado predicado a toda la gente en todo momento de sus vidas, se moleste en enviar el evangelio a aquellos que ignoran completamente todas las cosas que Dios ha dicho por años? ¿Por qué debe desperdiciar sus esfuerzos comunicando a la gente el 5% de lo que Él desea comunicar si, de todos modos, han estado ignorando el 95% de lo que Él deseaba decirles? Yo podría pensar que pareciera que Dios más bien enviaría juicio sobre tal gente esperando que suavicen sus corazones. Si lo hacen y cuando lo hacen, pareciera lógico pensar que Dios enviará a sus siervos para proclamar el evangelio.

Algunos pueden decir que Dios enviará sus siervos a aquellos que sabe que no se arrepentirán para que así no tengan excusa cuando estén en el juicio final. Sin embargo, ten presente que de acuerdo a la Escritura, tal gente ya no tiene ninguna excusa ante Dios debido a que Dios siempre ha estado revelándose a ellos con su creación (ver Romanos 1:20). Por esto, si Dios envía a alguno de sus siervos a tal gente, no es para que se sientan con más responsabilidad, sino para que se sientan totalmente responsables.

Si es un hecho verdadero que es más probable que Dios envíe a sus siervos a la gente más receptiva, entonces nosotros, sus siervos, debemos pedir en oración por su sabiduría para que así podamos ir a aquellos que Dios sabe que ya están listos para la cosecha.