Oración #1

(Sentence #1)

“Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Marcos 8:34).

Otra vez, note que las palabras de Jesús estaban dirigidas a cualquiera que quería venir en pos de Él, a cualquiera que quería ser su seguidor. Esta es la única relación que Jesús ofrece inicialmente: el ser su seguidor.

Muchos desean ser amigos de Él sin ser sus seguidores, pero esta opción no existe. Jesús no consideraba a nadie su amigo a no ser que le obedeciera. Una vez Él dijo, “Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando” (Juan 15:14).

Muchos desean ser sus hermanos sin ser sus seguidores, pero de nuevo, Jesús no dio esta opción. Él a nadie consideró su hermano a menos que fuera obediente: “El que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, él es mi hermano” (Mateo 12:50, énfasis agregado).

Muchos desean estar con Jesús en el cielo sin ser sus seguidores, pero Jesús dijo que esto era algo imposible. Solo aquellos que obedecen, son herederos del cielo: “No todo el que me dice ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos; sino aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo” (Mateo 7:21).

Considerando esto, Jesús informó a aquellos que querían seguirle que no podían hacerlo hasta que se negaran a sí mismos. Además, deberían estar dispuestos a deponer sus propios deseos, haciéndose obedientes a su voluntad. El negarse a sí mismo y la sumisión es la esencia de seguir a Jesús. Esto es lo que quiere decir “toma tu cruz”.