Primero que todo, las iglesias institucionales que se reúnen en edificios especiales no se conocen en el Nuevo Testamento, donde las iglesias en las casas eran claramente lo normal:
“Al darse cuenta de esto, llegó a casa de María, la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos. Muchos estaban allí reunidos orando”. (Hechos 12:12, énfasis agregado)
“…Y cómo nada que fuera útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente (pero no en edificios, obviamente) y por las casas…” (Hechos 20:20, énfasis agregado)
“Saludad a Priscila y a Aquila….Saludad también a la iglesia que se reúne en su casa (Romanos 16:3-5, énfasis agregado; también ver Romanos 16:14-15 donde probablemente se menciona a dos iglesias en las casas en Roma).
“Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saluda mucho en el Señor.” (1 Corintios 16:19, énfasis agregado)
“Saludad a los hermanos que están en Laodicea, a Ninfas y a la iglesia que está en su casa” (Colosenses 4:15, énfasis agregado)
“A la amada hermana Apia, a Arquipo, nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en su casa…” (Filemón 1:2, énfasis agregado).
Se ha discutido que la única razón por la que la iglesia primitiva no construyó edificios para las iglesias, fue porque la iglesia estaba en su infancia. Pero esta infancia duró bastantes décadas de acuerdo con la historia del Nuevo Testamento (y más de dos siglos después de este). Así que, si la construcción de edificios para las iglesias es una señal de la madurez para la iglesia en general, entonces podemos decir que la iglesia de los apóstoles de la cual leemos en el libro de los Hechos, nunca maduró.
Pienso que la razón por la que ninguno de los apóstoles construyó un edificio para su iglesia fue porque a lo mínimo, pudo ser considerado como algo fuera de la voluntad de Dios, pues Jesús no dejó ningún ejemplo ni instrucción acerca de esto. Él hizo discípulos sin edificios especiales, y les dijo que hicieran discípulos. Ellos no vieron ninguna necesidad para la construcción de un edificio. Es así de simple. Cuando Jesús les dijo a sus discípulos que fueran al mundo e hicieran discípulos, éstos no pensaron, “lo que Jesús quiere de nosotros es que construyamos edificios y que demos sermones a la gente una vez por semana”.
Además, el construir edificios especiales pudo ser considerado como una violación del mandamiento de Cristo de no hacerse tesoros en la tierra , desperdiciando el dinero en algo que era totalmente innecesario y robándole al reino de Dios sus recursos que podrían ser usados para un ministerio que transforme vidas.