El modelo del buscador sensible generalmente carece de apóstoles y evangelistas, porque la figura principal es el pastor. Una pregunta: ¿Ha contribuido al crecimiento de la iglesia el que a los apóstoles y evangelistas se les despoje de su labor de evangelizar y se de este rol al pastor?[1]
El pastor del modelo del buscador sensible predica una vez a la semana en el culto dominical donde se motiva a los creyentes a traer a sus amigos no salvos. De este modo, en forma general, el evangelio es escuchado sólo una vez por semana por los asociados no creyentes de los miembros de la iglesia. Estos no creyentes deben estar dispuestos a venir a la iglesia, y deben ser invitados por miembros de la iglesia que, a su vez, estén dispuestos a invitarlos a la iglesia. En el modelo bíblico los apóstoles y evangelistas proclamaban el evangelio continuamente en lugares privados y públicos y todos los creyentes compartían el evangelio con sus amigos y vecinos. ¿A través de cuál de estos dos modelos escucharía el evangelio la mayoría de los no salvos?
El modelo del buscador sensible requiere un edificio aceptable donde los creyentes no se sientan avergonzados de invitar a sus amigos y al que sus amigos no se avergüencen de visitar. Esto siempre requiere de una gran suma de dinero. Antes de que el evangelio pueda ser “expandido”, se debe obtener y construir un edificio aceptable. En los Estados Unidos este edificio tiene que estar en una buena localidad, usualmente en suburbios adinerados. Por el contrario, el modelo bíblico no requiere de edificios especiales, lugares especiales o dinero. La expansión del evangelio no está limitada a un gran número de personas que se reúnen en un edificio especial los domingos.
[1] Esta es una razón del por qué hoy en día tenemos tantos profetas, maestros, evangelistas y aún apóstoles pastoreando iglesias. Muchos de los ministerios que Dios ha dado no tienen lugar en la iglesia institucional y los que no han sido llamados a pastorear, terminan haciéndolo, robándole así a la iglesia la gran bendición de lo que ellos pueden ser dentro de una estructura bíblica. Parece que cada uno quiere construir su propio reino en una forma institucional, dejando su verdadero llamado. Debido a que los pastores supuestamente tienen el derecho de tener “los diezmos de su gente” y mucho de esto va para la construcción, los que no son pastores se hacen pastores para tener ingresos económicos y luego dar apoyo a aquello para lo que ellos fueron llamados.