Pablo describe lo que significa la muerte espiritual en Efesios 2:1-3:
“Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. Entre ellos vivíamos también todos nosotros en otro tiempo, andando en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos; y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás” (énfasis agregado).
Ciertamente, Pablo no se refería a la muerte física, porque él estaba hablando con personas vivas físicamente. Sin embargo, él dijo una vez que ellos estaban “muertos en sus delitos y pecados”. Es el pecado el que abre la puerta a la muerte espiritual (ver Romanos 5:12). Estar muerto espiritualmente quiere decir que se posee una naturaleza pecadora en el espíritu. Note que Pablo dijo que ellos eran “por naturaleza hijos de ira”.
Además, estar espiritualmente muerto significa poseer en cierta forma la naturaleza de Satanás en tu espíritu. Pablo dijo que aquellos que estaban muertos espiritualmente tenían el espíritu del “príncipe de la potestad del aire” obrando en ellos. El “príncipe de la potestad del aire” es sin ninguna duda el diablo (ver Efesios 6:12), y su espíritu está trabajando en todos aquellos que no son salvos.
Jesús cuando hablaba con unos judíos no regenerados, dijo,
“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, pues es mentiroso y padre de mentira” (Juan 8:44).
Desde un punto de vista espiritual, aquellos que no han nacido de nuevo no sólo tienen la naturaleza de Satanás viviendo en sus espíritus, sino que también Satanás es su padre espiritual. Son naturalmente como su padre. Son homicidas y mentirosos.
No todos aquellos que no son salvos son homicidas, pero les motiva el mismo odio que a los homicidas. Inclusive, podrían llegar a asesinar algún día, si se pudieran salir con la suya. La legalización del aborto en muchos países prueba este hecho. Los no salvos matarían incluso a sus propios hijos no nacidos.
Es por esto que la persona debe experimentar un nuevo nacimiento. Cuando lo hace, esa naturaleza satánica y pecadora es quitada de su espíritu y reemplazada con la naturaleza santa de Dios. El Espíritu Santo de Dios viene a residir en la persona y ésta ya no estará “muerta espiritualmente” sino “espiritualmente viva”. Su espíritu ya no estará muerto, sino que estará vivo en Dios. En vez de ser un hijo espiritual de Satanás, será un hijo espiritual de Dios.