Una tercera mujer conocida en el Antiguo Testamento como una profetisa muy respetada es Hulda. Dios la usó para dar sabiduría profética confiable e instrucciones a un hombre, el problemático rey de Judá, Josías (ver 2 Reyes 22). De nuevo podemos ver un ejemplo de Dios usando a una mujer para instruir a un hombre. Es muy probable que Hulda fuera usada por Dios en su ministerio con cierta regularidad, de otra forma Josías no hubiera tenido fe para creer lo que ella le decía.
Pero, ¿Por qué Dios llamó a María, a Débora y a Hulda como profetas? ¿Por qué no llamó a hombres?
Ciertamente Dios pudo haber llamado a hombres para que hicieran exactamente lo que ellas hicieron. Pero no lo hizo. Y nadie sabe por qué. Lo que sí debemos aprender de esto es que debemos ser cuidadosos de no encasillar a Dios cuando se trata de a quién Él ha llamado a un ministerio. Aunque Dios normalmente escogió a hombres para las tareas del liderazgo en el Antiguo Testamento, algunas veces Él escogió mujeres.
Finalmente, se debe notar que los tres insignes ejemplos anteriores acerca de ministerios femeninos en el Antiguo Testamento eran profetas. Hay algunos ministerios en el Antiguo Testamento a los que las mujeres nunca fueron llamadas. Por ejemplo, no hubo mujeres que hubieran sido llamadas a ser sacerdotes. Así, Dios podría reservar algunos ministerios exclusivamente para hombres.