¿Qué ocurre con las mujeres que sirven como pastoras? Pareciera que el oficio de pastor-anciano-superintendente, Dios lo creó con la intención de que fuera llevado a cabo por hombres:
“Palabra fiel: Si algún hombre anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar” (1 Timoteo 3:1-2, énfasis agregado).
“Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieras lo deficiente y establecieras ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé. El anciano debe ser irreprochable, marido de una sola mujer,” (Tito 1:5-6, énfasis agregado).
Pablo no dice expresamente que a las mujeres les es prohibido este oficio, así que debemos tener un poco de precaución en hacer una conclusión absoluta al respecto. Pareciera que existen numerosas mujeres que son pastoras-ancianas-superintendentes muy efectivas alrededor del mundo de hoy, particularmente en las naciones desarrolladas, aunque todavía sean muy pocas. Tal vez Dios ocasionalmente sí llama a mujeres a este rol cuando éste sirve a su Reino y sus sabios propósitos o cuando hay falta de líderes masculinos calificados. Es posible que actualmente muchas de las pastoras en el cuerpo de Cristo en realidad hayan sido llamadas a otro ministerio que sea válido bíblicamente para mujeres, como el oficio de profetas, pero debido al modelo de la iglesia de hoy, solamente se les permite funcionar en el rol de pastoras.
¿Por qué está el oficio de pastor-anciano-superintendente reservado para hombres? Si entendemos las funciones de este oficio, eso nos ayudaría a comprenderlo mejor. Uno de los requisitos de la Escritura para los pastores-ancianos-superintendentes es:
“Que gobierne bien su casa, que tenga sus hijos en sujeción con toda honestidad, (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)” (1 Timoteo 3:4-5).
Este requisito tiene un gran sentido cuando nos damos cuenta que el anciano del Nuevo Testamento supervisaba una iglesia casera pequeña. Su rol era similar al de un padre que supervisaba su casa. Esto nos ayuda a entender el motivo por el cual el oficio pastoral era llevado a cabo por hombres, debido a que éste se asemejaba a la estructura familiar, la cual va en línea con lo que Dios diseñó, y el hombre es la cabeza del hogar, no la mujer. Hablaremos más de esto después.