¿Qué ocurre con las maestras? El Nuevo Testamento no menciona a ninguna. Por supuesto, que la Biblia tampoco menciona a hombre alguno que hubiera tenido el llamado de maestro. Priscila (La que mencionamos anteriormente), esposa de Aquila, estaba involucrada en algún tipo de enseñanza por lo menos a una escala pequeña. Por ejemplo, cuando ella y su esposo escucharon a Apolos predicando un evangelio deficiente en Éfeso, “lo tomaron aparte y le expusieron con más exactitud el camino de Dios” (Hechos 18:26). Nadie puede negar que Priscila ayudara a su esposo a enseñar a Apolos, un hombre. Más aún, Pablo menciona dos veces a Priscila y a Aquila cuando escribe acerca de la “iglesia en su casa” (ver Romanos 16:35; 1 Corintios 16:19), y él los llama a ambos “colaboradores en Cristo Jesús” en Romanos 16:3. Existe poca duda acerca de que Priscila tuviera un rol activo en el ministerio al lado de su esposo.