Es de gran importancia que nosotros entendamos la diferencia entre el uso público de hablar en lenguas y el uso privado. Aunque cada creyente que ha sido bautizado en el Espíritu Santo puede hablar en lenguas cuando así lo desee, esto no quiere decir que Dios le va a usar en el don público de diversos géneros de lenguas. El uso principal del hablar en lenguas es en la vida privada de oración de cada creyente. Sin embargo, los corintios se reunían y hablaban simultáneamente en lenguas sin una interpretación, y por supuesto, nadie estaba siendo edificado con esto (ver 1 Corintios 14:6-12, 16-19, 23, 26-28).
Una forma para diferenciar entre el uso público de lenguas y el uso privado de lenguas es clasificar el uso privado como el orar en lenguas y el uso público como el hablar en otras lenguas. Pablo menciona ambos usos en el capítulo catorce de su primera carta a los corintios. ¿Cuáles son las diferencias?
Cuando oramos en lenguas, nuestros espíritus le están orando a Dios (ver 1 Corintios 14:2,14). Ahora, cuando alguien es repentinamente ungido con el don de diversos géneros de lenguas, éste es un mensaje de Dios para la congregación (ver 1 Corintios 14:5) y se entiende cuando se da la interpretación.
De acuerdo con la Escritura, podemos orar en lenguas cuando queramos (ver 1 Corintios 14:15), pero el don de hablar en diversos géneros de lenguas sólo funciona cuando el Espíritu Santo lo desea (ver 1 Corintios 12:11).
El don de diversos géneros de lenguas normalmente va acompañado por el don de interpretación de lenguas. Sin embargo, el uso privado de orar en lenguas normalmente no será interpretado. Pablo dijo que cuando él oraba en lenguas su entendimiento quedaba sin fruto (ver 1 Corintios 14:14).
Cuando un individuo ora en lenguas sólo él es edificado (ver 1 Corintios 14:4), pero la congregación entera es edificada cuando el don de diversos géneros de lenguas se manifiesta acompañado del don de interpretación de lenguas (ver 1 Corintios 14:4b-5).
Todo creyente debería orar en lenguas cada día como parte de su diaria comunión con Dios. Una de las cosas maravillosas de orar en lenguas es que no requiere el uso de nuestra mente. Esto quiere decir que usted puede orar en lenguas aún cuando su mente pueda estar ocupada en otras cosas o en su trabajo. Pablo le dijo a los corintios, “Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros” (1 Corintios 14: 18, énfasis agregado). ¡Él debía de pasar mucho tiempo orando en lenguas para sobrepasar a toda la congregación de los corintios!
Pablo también escribió que cuando oramos en lenguas algunas veces también, “bendecimos al Señor” (ver 1 Corintios 14:16-17). En tres ocasiones en que he estado orando en lenguas he tenido a alguien cerca que ha entendido lo que estaba hablando. Las tres veces estaba hablando en japonés. Una vez le dije al Señor en japonés, “Tú eres bueno”. Otra vez dije, “muchas gracias”. Y en otra ocasión dije, “ven rápido, ven rápido, estoy esperando”. ¿No es esto sorprendente? Nunca he aprendido ni una palabra en japonés, ¡pero por lo menos en tres ocasiones “he bendecido a Dios” en el idioma japonés!