Algunos dicen que adorar en espíritu quiere decir orar y cantar en otras lenguas, pero esta no parece una interpretación adecuada de acuerdo a las palabras de Jesús. Él dijo que “la hora viene y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad”, indicando que ya existían algunos que reunían las condiciones para adorar “en espíritu” cuando Él hizo está declaración. Por supuesto que nadie habló en lenguas hasta el día de Pentecostés. Por lo tanto, cualquier creyente, ya sea que hable en lenguas o no, puede adorar a Dios en espíritu y verdad. El orar y cantar en otras lenguas es algo que ciertamente puede ayudar al creyente en su adoración, pero aún el orar en lenguas puede llegar a ser un ritual que no venga del corazón.
Algo interesante acerca de la adoración en la iglesia primitiva se encuentra en Hechos 13:1-2:
“Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Níger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando estos al Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado” (énfasis agregado).
Note que este pasaje dice que ellos estaban ministrando al Señor. Parece razonable el pensar que esto quiere decir que ellos estaban adorándole, y por esto aprendemos que los verdaderos adoradores realmente ministran al Señor. Sin embargo, esto sólo es verdad cuando el Señor es el objeto de nuestro amor y afecto.