Ahora que hemos dejado claras algunas razones Bíblicas del ayuno bajo el nuevo pacto, también vamos a considerar razones no bíblicas para ayunar.
Alguna gente ayuna con la esperanza de que Dios conteste más rápido las peticiones de sus oraciones. Sin embargo, Jesús nos dijo que el primer medio por el cual una oración es contestada es la fe y no el ayuno (ver Mateo 21:22). Ayunar no implica que le vamos a “torcer el brazo a Dios” o que es una forma de decirle a Él: “Es mejor que contestes mi oración o me moriré de hambre”. Esto no es ayuno Bíblico, ¡es una huelga de hambre! Recuerda que David oró y ayunó por varios días por el bebé enfermo de Betsabé, pero el bebé murió porque Dios estaba disciplinando a David. El ayuno no cambió la situación. David no estaba orando en fe porque no tenía ninguna promesa en qué sostenerse. De hecho, David estaba orando y ayunando en contra de la voluntad de Dios, algo evidenciado por el resultado de su oración.
El ayuno no es un requisito para tener un avivamiento, como algunos piensan. No existe ejemplo de alguien en el Nuevo Testamento que ayunara por un avivamiento. Al contrario los apóstoles simplemente obedecieron a Jesús al predicar el evangelio. Si una ciudad no les respondía, ellos obedecían a Jesús otra vez, sacudiéndose el polvo de sus zapatos y continuando hacia una nueva ciudad (ver Lucas 9:5; Hechos 13:49-51). Ellos no se quedaban por ahí ayunando, tratando de “quebrantar fortalezas espirituales” y esperando un avivamiento. Apoyados en esto, sin embargo, puedo decir que el ayuno y la oración ciertamente benefician a aquellos que ministran el evangelio, haciéndoles agentes más efectivos del avivamiento. Muchos de los gigantes espirituales de los cuales se lee en la historia de la iglesia, eran hombres y mujeres que tenían el hábito de orar y ayunar.
El ayuno no es un medio para “dominar la carne”, ya que el deseo de comer es un deseo legítimo y no pecaminoso, no como los deseos de la carne que se encuentran en Gálatas 5:19-21. Por otra parte, el ayuno es un ejercicio del dominio propio, y esta misma virtud se necesita para caminar en el espíritu y no en la carne.
Ayunar con el motivo de promover o anunciar la devoción de uno hacia Dios es una pérdida de tiempo y es una indicación de hipocresía. Esta era la razón por a que los fariseos ayunaban y Jesús los condenó por esto (ver Mateo 6:16; 23:5).
Alguna gente ayuna para tener la victoria en contra de Satanás. Pero esto tampoco está en la Escritura. La Escritura promete que si resistimos al Diablo por medio de la fe en la Palabra de Dios, entonces él huirá de nosotros (ver Santiago 4:7; 1 Pedro 5:8-9). El ayuno no es necesario para esto.
¿Pero no dijo Jesús que algunos demonios sólo pueden salir por medio de oración y ayuno?
Esta declaración fue hecha en referencia a liberar a alguien que estaba poseído por un cierto tipo de demonio, no en referencia a un creyente que necesita ganar una victoria en contra de un ataque de Satanás, algo a lo que todos los creyentes están sujetos.
¿Pero no dice Jesús que podemos tener más autoridad sobre los demonios si ayunamos?
Recuerda que cuando Jesús escuchó que sus discípulos habían fallado al tratar de liberar a un joven poseído por un demonio, lo primero que hizo fue lamentarse por la falta de fe de ellos (ver Mateo 17:17). Luego, cuando sus discípulos le preguntaron por qué habían fallado, él les contestó que por su falta de fe (ver Mateo 17:20). Luego, a manera de nota de pie, agregó que “esta clase de demonios solo salían por medio de ayuno y oración” (Ver Mateo 17:21). Digo que él debió agregar esas palabras como nota de pie, ya que hay evidencia de que esa declaración podría no haber estado incluida en la versión original del evangelio de Mateo. Una nota en el margen de mi Biblia en inglés (The New American Standard Version, una versión inglesa muy respetada) indica que muchos de los manuscritos originales del Evangelio de Mateo no contienen esta declaración, lo cual indica que es posible que Jesús nunca dijera, “esta clase no sale sino con oración y ayuno”. Existe el beneficio en la lengua inglesa de varias versiones de la Biblia que contienen varias traducciones, no así otras versiones en otros idiomas, ya que estas versiones en otros idiomas fueron traducidas no directamente de los manuscritos en griego y hebreo sino de una versión con cien años de existencia llamada en inglés la versión King James.
En el relato de Marcos del mismo incidente, se registran las siguientes palabras de Jesús, “este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno” (Marcos 9:29), y en los márgenes de la versión de la Biblia The New American Standard se anota que muchos manuscritos tenían agregado “y ayuno” al final del versículo.
Aunque Jesús realmente hubiera dicho esas palabras, sería erróneo el concluir que el ayuno aumenta nuestra capacidad de expulsar a todos los demonios. Si Jesús le da a alguien cierta autoridad sobre demonios como lo hizo con los discípulos (ver Mateo 10:1), entonces esto quiere decir que ya se tiene la autoridad, y el ayuno no puede aumentarla. Sin embargo, el ayuno puede darle a uno más tiempo para meditar y orar por lo que se puede aumentar la sensibilidad espiritual y la fe en la autoridad que Dios nos ha dado.
Consideremos que si Jesús verdaderamente hizo esta declaración, sólo hace referencia a una sola clase de demonio. Aunque los discípulos de Jesús fracasaron una vez al no poder echar fuera a un tipo de demonio, sí tuvieron éxito en echar a muchos otros (ver Lucas 10:17).
Todo esto es para dejar claro que no necesitamos ayunar para obtener una victoria personal sobre los ataques de Satanás en contra nuestra.