¿Pero qué acerca de las escrituras en el Nuevo Testamento que dicen que Dios nos predestinó y nos escogió desde antes de la fundación del mundo?
Algunos desafortunadamente piensan que Dios escogió sólo a cierto tipo de gente para ser salva y el resto los escogió para condenación basando su decisión en nada que esta gente haya hecho. Esto quiere decir que Dios, supuestamente, escoge quién es salvo y quién es condenado. Esta idea obviamente elimina el concepto de libre albedrío y ciertamente no se encuentra en la Escritura. Estudiemos lo que la Biblia sí enseña acerca de la predestinación.
Ciertamente, la Escritura enseña que Dios nos ha escogido, pero este hecho debe ser bien comprendido. Desde la fundación del mundo, Dios decidió redimir a la gente que Él sabía que se iba a arrepentir y que creería en el evangelio bajo la influencia del constante llamado de Dios, pero por decisión propia de la gente. Leamos lo que el apóstol Pablo dice acerca de la gente que Dios escoge:
“No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis lo que dice la Escritura acerca de Elías, de cómo se quejó ante Dios contra Israel, diciendo: “Señor, a tus profetas han dado muerte y tus altares han derribado; solo yo he quedado y procuran matarme”? Pero ¿Cuál fue la respuesta divina?”: Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal”. Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia” (Romanos 11:2-5, énfasis agregado).
Note que Dios le dijo a Elías que Él se había reservado siete mil hombres, pero que esos siete mil hombres primeramente habían escogido el no doblar la rodilla delante de Baal. Pablo dice que en la misma forma había un remanente de judíos creyentes de acuerdo a la escogencia de Dios. Así que podemos decir que sí, Dios nos ha escogido, pero Dios ha escogido únicamente a aquellos que han ejercitado su libre albedrío y han tomado la decisión correcta. Dios ha escogido salvar a todo el que cree en Jesús, y este era su plan desde antes de la creación.