Si te has arrepentido y creído en el evangelio, ya has pasado la prueba inicial y más importante de la vida. Sin embargo, no pienses que no seguirás siendo probado para determinar si sigues siempre tu devoción y fidelidad a Dios. Sólo aquellos que continúen en la fe, serán presentados ante Dios como santos sin mancha (ver Colosenses 1:22-23).
Más allá de esto, la Escritura es clara al exponer que cada uno de nosotros estará en el juicio del trono de Dios, y en este tiempo cada individuo será recompensado de acuerdo a su obediencia en la tierra. Así que todavía estamos siendo probados para determinar si somos dignos de las recompensas futuras del Reino de Dios. Pablo escribe,
“Tú, pues ¿Por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano?, porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo, pues escrito está: “vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios“. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí” (Romanos 14:10-12, énfasis agregado).
“porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Corintios 5:10).
“Así que no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas y manifestará las intenciones de los corazones. Entonces, cada uno recibirá su alabanza de Dios” (1 Corintios 4:5, énfasis agregado).