¿Cual exactamente será la recompensa que Dios dará a aquellos que prueben su amor y devoción a Jesús?
La Escritura menciona por lo menos dos tipos diferentes de recompensas, la alabanza de Dios y más oportunidad para servirle. Ambas son reveladas en la parábola de Jesús acerca de un hombre noble:
“Dijo, pues: “un hombre noble se fue a un país lejano para recibir un reino y volver. Llamó antes a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: Negociad entre tanto que regreso. Pero sus conciudadanos lo odiaban y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que este reine sobre nosotros. Aconteció que al regresar él después de recibir el reino, mandó llamar ante él aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. Se presentó el primero diciendo: señor, tu mina ha ganado diez minas. Él le dijo: está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. Llegó otro, diciendo: señor, tu mina ha producido cinco minas. También a este le dijo: tú también sé sobre cinco ciudades. Se presentó otro, diciendo: señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo, porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo que tomas lo que no pusiste y siegas lo que no sembraste. Entonces él le dijo: mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo soy hombre severo que tomo lo que no puse y ciego lo que no sembré. ¿Por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que, al volver, lo hubiera recibido con los intereses? Y dijo a los que estaban presentes: quitadle la mina y dadla al que tiene diez minas. Ellos le dijeron: señor, tiene diez minas. Pues yo os digo que a todo él que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinara sobre ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mi” (Lucas 19:12-27).
Obviamente Jesús es representado por el hombre noble, que estaba ausente pero que eventualmente regresó. Cuando Jesús regrese, tendremos que dar cuenta de lo que hicimos con nuestros ministerios, habilidades, dones, y las oportunidades que Él nos dio, representado por la mina que se le dio a cada siervo en la parábola. Si hemos sido fieles, seremos recompensados con su alabanza y se nos dará autoridad para ayudarle a reinar sobre la tierra (ver 2 Timoteo 2:12; Apocalipsis 2:26-27; 5:10; 20:6), representado por las ciudades que cada siervo fiel fue autorizado a gobernar en la parábola.