La Escritura habla en otras partes acerca de la persecución de los cristianos por parte del anticristo. Por ejemplo, esto le fue revelado a Juan en el libro de Apocalipsis:
“También se le dio boca que hablaba arrogancias y blasfemias, y se le dio autoridad para actuar por cuarenta y dos meses. Y abrió su boca para blasfemar contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo y de los que habitan en el cielo. Se le permitió hacer guerra contra los santos y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación” (Apocalipsis 13:5-7, énfasis agregado).
Note que al anticristo se le dará autoridad para actuar por cuarenta y dos meses, o tres años y medio exactamente. Es interesante que esto sea exactamente la mitad del tiempo de los siete años de tribulación. Sería razonable pensar que estos serán los últimos cuarenta y dos meses de la tribulación donde se le dará autoridad al anticristo para actuar, pero su autoridad ciertamente terminará completamente cuando Cristo y sus ejércitos retornen a hacer guerra en contra de él al final de la tribulación.
Obviamente, esta autoridad dada por cuarenta y dos meses habla de una autoridad especial, dada por Dios para que él levante su poder. Esta autoridad especial para actuar podría ser una referencia al tiempo que se le da para vencer a los santos, pues leemos en el libro de Daniel:
“y veía yo que este cuerno [el anticristo] hacía guerra contra los santos y los vencía, hasta que vino el Anciano de días [Dios] , y se hizo justicia a los santos del altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino….Y él [el anticristo] hablará palabras contra el Altísimo, a los santos del Altísimo quebrantará y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en sus manos hasta tiempo, tiempos y medio tiempo” (Daniel 7:21-22, 25, énfasis agregado).
Daniel sabía que los santos serían entregados en las manos del anticristo, por “tiempo, tiempos y medio tiempo”. Esta frase debe ser interpretada como tres años y medio cuando lo comparamos con Apocalipsis 12:6 y 14. Se nos dice en Apocalipsis 12:6 que a una cierta mujer simbólica se le dará un lugar para esconderse en el desierto para ser “alimentada” por 1,260 días lo que se compara con tres años y medio en un año de 360 días. Después, tan sólo ocho versos más adelante, se habla de ella otra vez, y se dice que se le dará un lugar en el desierto por un tiempo, tiempos y medio tiempo. Por esto “un tiempo, tiempos y medio tiempo” es equivalente a 1,260 días o a tres años y medio.
Así que la palabra “tiempo” significa según el contexto un año, “tiempos” significa dos años y “medio tiempo” significa medio año. Esta expresión poco usada que encontramos en Apocalipsis debe ser lo mismo que se dice en Daniel 7:21. Por esto, sabemos que los santos estarán en las manos del anticristo por tres años y medio, el mismo tiempo que se nos había hablado en Apocalipsis 13:5 acerca de que el anticristo tendrá “autoridad para actuar”.
Pienso que no se dice que estos dos periodos de cuarenta y dos meses serán idénticos. Si comienzan cuando el anticristo declara su deidad a la mitad de los siete años de tribulación, entonces los santos serán entregados en sus manos en los últimos tres años y medio, y Jesús los libertará cuando aparezca en los cielos y se los lleve con Él cerca del final de los siete años de tribulación. Sin embargo, si estos cuarenta y dos meses comienzan en un tiempo diferente dentro de los siete años de tribulación, entonces podríamos concluir que el rapto ocurrirá cerca del final de los siete años de tribulación.
La dificultad con la exactitud de estas dos posibilidades es que se requiere que los santos sean entregados en las manos del anticristo antes de que estén en peligro y tengan la necesidad de huir a los montes a la hora en que se declare dios. Esto parece ilógico.
La dificultad con la primera de esas posibilidades es que pareciera muy cruel que los santos estén en la tierra durante muchos de los juicios mundiales y cataclísmicos de Dios de los cuales leímos en el libro de Apocalipsis. Consideraremos esta dificultad más adelante.
Ahora, retornemos al discurso de los olivos.