Esta distinción entre la tierra y el mundo también nos ayuda a entender la tentación de Jesús en el desierto. En ese momento Satanás le mostró a Jesús todos los reinos del mundo en un instante”. Satanás no podía ofrecerle a Jesús una posición política sobre un gobierno de la tierra, como presidente o primer ministro. Satanás no exalta ni humilla a los líderes de la tierra, Dios sí.
Más bien, Satanás le mostró a Jesús todos los subreinos de su reino de las tinieblas. Él le mostró a Jesús las jerarquías de espíritus malignos, quienes en sus respectivos territorios reinan sobre el reino de las tinieblas, así como sobre los humanos rebeldes sujetos a su reino. Satanás le ofreció a Jesús control sobre sus dominios, si Jesús se unía a Satanás y a su rebelión contra Dios. Si esto hubiera ocurrido, Jesús se hubiera convertido en el segundo al mando sobre el reino de las tinieblas.