Dios, el Más Grande Evangelista

(God, the Greatest Evangelist)

Consideremos en más detalle el trabajo de Dios en la expansión de su Reino. Entre más entendamos sus obras, mejor cooperaremos con Él.

Cuando la gente cree en Jesús, es algo que hacen con sus corazones (ver Romanos 10:9-10). Ellos creen en el Señor Jesús y por esto se arrepienten. Ellos destronan su propia voluntad y ponen a Jesús en el trono de su voluntad. Creer involucra un cambio de corazón.

Del mismo modo, cuando la gente no cree en Jesús, es algo que hacen con sus corazones. Ellos resisten a Dios, y no se arrepienten. Por su decisión, ellos mantienen a Jesús fuera del trono de su corazón. La incredulidad involucra una continua decisión de no cambiar el corazón.

Jesús indicó que el corazón de las personas es tan duro que nadie entra en él a menos que sea suavizado por el Padre (ver Juan 6:44). Dios es misericordioso y sigue suavizando el corazón de las personas en muchas formas que tocan el corazón y así las personas deben tomar la decisión de suavizar o endurecer sus corazones.

¿Qué medios usa Dios para tocar el corazón de la gente con la esperanza de atraerlos a Jesús?

Primero, usa su creación, Pablo escribió,

“la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con injusticia restringen la verdad, porque lo que se conoce acerca de Dios es evidente dentro de ellos, pues Dios se lo hizo evidente. Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa. (Romanos 1:18-20, énfasis agregado, versión Biblia de las Américas).

Note que Pablo dice que la gente “restringe la verdad” y que “es evidente dentro de ellos”. Esto quiere decir que la verdad está dentro de ellos y los confronta, pero ellos la detienen y resisten la convicción interna.

¿Exactamente, cuál es la verdad que es evidente a lo interno de cada persona? Pablo dijo que son las verdades de “los atributos invisibles de Dios, su eterno poder y divinidad” reveladas a través de “todo lo creado”. La gente interiormente sabe que Dios existe al ver su creación[1] y que Él es extremadamente poderoso, sorprendentemente creativo e increíblemente inteligente y sabio, para nombrar sólo algunas características.

La conclusión de Pablo es que tal gente “no tiene excusa”, y tiene razón. Dios está continuamente revelándose a cada uno y tratando de suavizar el corazón de las personas, pero la mayoría cierra sus oídos. Sin embargo, Dios nunca deja de buscar a la gente a lo largo de sus vidas, con constantes milagros, a través de las flores, de los bebés, las aves, los copos de nieve, las bananas, las manzanas, y millones de otras cosas.

Si Dios existe y Él es tan grande como su creación, entonces naturalmente, debe ser obedecido. Esta revelación interna nos da un mensaje arrollador: ¡arrepiéntete! Por esta razón, Pablo sostiene que cada uno ya ha escuchado el llamado de arrepentimiento de Dios:

“Pero yo pregunto: ¿Acaso no han oído? Antes, bien, por toda la tierra ha salido la voz de ellos y hasta los fines de la tierra sus palabras” (Romanos 10:18).

Pablo estaba realmente hablando de un verso encontrado en el Salmo 19, el cual dice,

“Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje ni palabras ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz y hasta el extremo del mundo sus palabras” (Salmos 19:1-4a, énfasis agregado).

Esto indica de nuevo que Dios está hablando a todos, día y noche, a través de su creación. Si la gente reaccionara correctamente al mensaje de la creación de Dios, inclinarían sus rostros y dirían algo como, “Gran Creador, tú me has creado, e indiscutiblemente me has creado para hacer tu voluntad, así que me someto a ti”.


[1] Esto es lo que la Escritura declara, “el necio dice en su corazón, no hay Dios” (Salmos 14:1). Solo los necios suprimen tan obvia verdad.