La Sanidad en la Cruz

(Healing on the Cross)

Un buen lugar para empezar el estudio de la sanidad divina es el capítulo cincuenta y tres de Isaías, universalmente conocido como una profecía mesiánica. A través del Espíritu Santo, Isaías gráficamente habló acerca de la muerte y sacrificio de Jesús y de la obra que Jesús haría en la cruz:

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, ¡pero nosotros le tuvimos por azotado, como herido y afligido por Dios! Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. Por darnos la paz cayó sobre él castigo, y por sus llagas fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53.4-6).

Por la inspiración del Espíritu Santo, Isaías declaró que Jesús llevó nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores. Una mejor traducción del original griego indica que Jesús llevó nuestras enfermedades y dolores, como muchas traducciones lo indican en las notas de referencia.

La palabra en hebreo traducida como dolores de Isaías 53:4 es la palabra choli la cual se encuentra también en Deuteronomio 7:15; 28:61; 1 Reyes 17:17; 2 Reyes 1:2; 8:8, y 2 Crónicas 16:12; 21:15. En todos estos casos esta palabra es traducida como enfermedad. La palabra traducida como sufrimiento es la palabra hebrea makob, la cual también se encuentra en Job 14:22 y Job 33:19. En ambos casos esta palabra se traduce como dolor o dolores.

Todo esto quiere decir que la mejor traducción de Isaías 53:4 es “ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores“. Este hecho se sella con la cita directa de Isaías 53:4 en el evangelio de Mateo: “Él mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias” (Mateo 8:17).

Al no poder escapar de estos hechos, algunos tratan de convencernos que Isaías se estaba refiriendo a nuestra supuesta “enfermedad espiritual”. Sin embargo, lo que dice Mateo acerca de Isaías 53:4 no deja ninguna duda de que Isaías se refería a la enfermedad física. Vamos a leer todo el contexto:

“Al caer la noche le llevaron muchos endemoniados, y con la palabra echó fuera a los demonios y sanó a todos los enfermos, para que se cumpliera lo dicho por el Profeta Isaías: “Él mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias” (Mateo 8:16-17, énfasis agregado).

Mateo evidentemente dijo que la sanidad física era realizada por Jesús como se había dicho en Isaías 53:4. Por esto no hay duda de que Isaías 53:4 es una referencia de Cristo llevando nuestras enfermedades y dolores. [1] Así como la Escritura dice que Jesús llevó nuestras iniquidades (ver Isaías 53:11), también dice que él llevó nuestras enfermedades y dolores. Éstas son noticias que deberían hacer feliz a cualquier persona enferma. Por su sacrificio expiatorio, Jesús proveyó para nuestra salvación y sanidad.


[1] Al tratar de encontrar cualquier argumento para justificar su incredulidad, algunos tratan de convencernos de que Jesús hizo realidad Isaías 53:4 completamente al sanar a la gente esa noche en Capernaúm. Pero Isaías dice que Jesús llevó nuestras enfermedades, al igual que dice que él fue molido por nuestros pecados (compare Isaías 53: 4 y 5). Jesús llevó las enfermedades de aquellos por cuyos pecados él fue molido. Así que, Mateo sólo estaba indicando que el ministerio de sanidad de Jesús en Capernaúm era prueba de que Él era el Mesías del que se hablaba en Isaías 53, aquel que llevaría nuestros pecados y enfermedades.